sábado, 27 de junio de 2020

Nadia Podoroska: tenis y filosofía. A propósito de Merlí

Una "peripatética" más: Nadia, apasionada de la filosofía

Ya lo planteó Hegel en sus Lecciones sobre la estética del Siglo XIX: el arte verdadero es aquel que permite expresar y hacer conscientes los intereses más profundos del hombre y las verdades más elevadas del espíritu. Junto al pensador alemán, otros grandes filósofos históricos y contemporáneos como Aristóteles, Kant, Heidegger, Benjamin o Rancière destacaron la trascendencia del arte y la estética para hacer acontecer verdades individuales o colectivas que de otra forma serían más difíciles de descubrir. Por eso desde este espacio nos tomamos muy en serio las manifestaciones artísticas y, ni bien confirmamos el entusiasmo especial de Nadia Podoroska por la serie catalana Merlí (2015-2018, disponible en Netflix y también una de las favoritas de Gabriela Sabatini), se nos ocurrió hacer un post para compartir nuestra admiración por esta obra maestra y debatir con la rosarina acerca de las relaciones posibles entre el tenis y la filosofía

  • Un ritmo diferente 

-Sabemos que te gusta mucho la filosofía, ¿aplicás algunos conceptos o aprendizajes de la misma al tenis?, ¿tenés algún filósofo o libro favorito? 

-Yo no diría que lo aplico al tenis directamente, sino que más a la vida en general. La filosofía tiene eso de hacerse mil preguntas, de ver todas las posibilidades, todos los porqués y tratar siempre de darle una vuelta de tuerca a todas las cosas. A mí me gusta mucho hacer todo ese tipo de debates y planteos, pero no es algo que al tenis aplique. En realidad creo que todo lo contrario. En el tenis cuanto más simple se pueden hacer las cosas, creo que mejor resultado se va a tener porque ahí adentro de la cancha es tan poco el tiempo que se tiene que una mucho no se puede poner a filosofar o a pensar demasiado. Entonces diría que no tanto al tenis, pero sí a la vida en general porque tienen un ritmo distinto. 

Sinceramente, no soy de leer a los grandes filósofos, no he leído libros ni de Nietzsche ni de Sartre (risas). Sigo mucho a Darío Sztajnszrajber, el argentino, que sería como un Merlí, ¿no?, ya que tienen eso que hace que uno adquiera ese interés por la filosofía, que te lo ponen en modo práctico, te lo llevan a la vida cotidiana. Eso es lo que me encanta de Darío, obviamente él trabaja como divulgador, es su trabajo, pero me gusta más así, creo que no sé si tendría la capacidad de ponerme a leer un libro de Sartre, lo he hecho, pero generalmente los momentos que tengo para leer son en la noche, cuando ya estoy cansada, entonces leo muy pocos libros así profundos de filosofía. Un filósofo que ahora está bastante de moda, que me gusta porque plantea cosas interesantes es un surcoreano que se llama Byung-Chul Han, que tira todas visiones muy, muy copadas. Uno de los libros que más me gustó de él fue La sociedad del cansancio, que habla un poco de nuestra sociedad hoy en día, del ser productivo. El ser humano de hoy se mide todo en base a lo que producimos. Y es muy interesante. No sé si sería mi libro favorito pero me gusta mucho.




  • El mundo del tenis, lejos del universo Merlí 

Un filósofo o corriente filosófica clásica como eje de cada capítulo, personajes cercanos y complejos y una trama cautivante que centraliza sin cursilerías temas como la homosexualidad, las fobias, la política, la juventud, la ética y la educación ubican a esta serie, además, como una bandera del desprejuicio, la tolerancia y el derecho a las diferencias. Pero: el ambiente del tenis, ¿está en sintonía con estos valores? Responde Nadia:

-No, no, no, sin dudas yo creo que no. Yo creo que el tenis profesional hoy en día es bastante más conservador y prejuicioso que lo que se muestra en la serie. Creo que con el tiempo va a ir cambiando. Pero bueno, recordemos que el tenis en sus inicios era un deporte "blanco", ¿no? Era de los varones, básicamente, como la mayoría de los deportes, pero después era de la clase social alta que suele ser, no quiero meterme con prejuicios, de las clases sociales más conservadoras porque no necesitan que nada cambie. Entonces creo que hoy en día el tenis está bastante alejado de eso, de ser más inclusivo o desprejuiciado, si bien obviamente ya se han incorporado otras costumbres, antes en Wimbledon no podían jugar los negros, por ejemplo. O sea, va progresando pero creo que es muy lento. Creo que hoy el ambiente fuera del tenis está mucho más modernizado y avanzado que lo que es nuestro ambiente. 

  • "Es fundamental tener un Merlí en la vida" 

Nadia con Carlos Rampello, su formador y entrenador durante
más de una década

-La relación maestro/alumno es otro de los temas centrales de la trama. ¿Qué importancia le das a las personas que te guían o guiaron como jugadora? ¿Hay algún o varios "Merlí" en tu carrera? 

-Yo creo que es fundamental tener un Merlí en la vida, que nos despierte eso que por ahí nosotros no conocemos de nosotros mismos, así que por suerte sí, tuve un Merlí que fue Charly Rampello que fue mi entrenador, mi formador, el que más me ha acompañado en toda mi carrera tenística, una etapa muy importante de mi vida que me ha enseñado eso, esa pasión, esa energía, esa motivación, ese querer siempre mejorar y tomar las cosas como un desafío. La verdad que él ha sido mi Merlí. Creo que también es importante la edad, ¿no? Esa edad entre los 10 y los 20 años, en la que yo trabajé con Charly y que te marca mucho como ser humano. 

  • Nadia, espectadora  



-¿Cómo descubriste la serie?, ¿tenés algunos personajes favoritos? 

-Me la recomendaron unos amigos, varios la habían visto y me dijeron "esa serie te va a gustar", así que la empezamos a ver en casa con mi familia, y ya desde el primer capítulo me atrapó, me encantó. Y como personajes favoritos me gusta muchísimo el papel de la mamá de Merlí (risas) y después me gusta mucho el personaje de David Solans, Bruno, me encanta porque me gusta el actor y me encanta el personaje que tiene, el del hijo del profe. Esos dos personajes me gustaron mucho. 

-¿Recordás alguna o algunas escenas que te hayan marcado especialmente? 

Tendría que rever la serie para contestar bien porque la vi hace un par de años. Claramente, la voy a volver a ver, hay muchas cosas para sacar. Dentro de las escenas o momentos que me acuerdo, me gusta mucho la amistad que van ganando entre Merlí e Iván, el alumno que al principio no quería ir al colegio, cómo Merlí se iba ganando su confianza y terminan en una amistad casi de adultos. Después el papel de Joan, que va cambiando, ese típico hijo que tiene que ser como el padre y gracias a Merlí puede cambiar y empezar a pensar por sí mismo, qué quiere hacer él. Por escenas, hay una que Merlí agarra un billete de dinero y le pregunta a Joan cuánto vale y él le dice que son 50 euros, y Merlí lo arruga, lo pisa y le dice cuánto vale, y le explica que igual sigue valiendo 50 euros, esa escena está buena. Después hay otra escena creo que es al final, que están en un campamento y Merlí les hace preguntas a ver de qué filósofos estaban hablando de cada cosa que él decía y ahí te das cuenta cómo incorporaron todos los conocimientos que les había puesto Merlí según las distintas corrientes filosóficas. Hay otra que Merlí logra que los chicos no se vayan de la clase cuando suena el timbre o cuando les da las clases afuera del aula, todo para desestructurar un poco su manera de pensar o para tratar de captar la atención de los chicos, esas me parecieron fantásticas. Pero sin dudas debe haber escenas mucho mejores que en este momento no me acuerdo.




-Por último, ¿cómo interpretás o qué te inspira esta frase de Thoreau con la que cierra el programa?: 

"Fui a los bosques porque deseaba vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida… para no darme cuenta, en el momento de morir, de que no había vivido” 

-Me lleva a pensar a todo el ruido que tenemos mientras vivimos, todos los quehaceres, los deberes que tenemos que cumplir y que nos nublan por ahí los momentos más efímeros, ¿no?, que en definitiva son los momentos simples. Que una no necesita grandes cosas para obtener esa profundidad, esa felicidad instantánea, que verdaderamente puede ser posible. Creo que hace alusión a eso, a que a veces alejarse un poco, estar con una misma, en lo profundo de la naturaleza, te ayuda a reencontrarte con lo más simple que a veces en la vorágine de la vida, y con todas las cosas que nos imponen y que nos van creando en la cabeza, se hace difícil vivirlo.

Nadia y uno de los momentos cumbre de su carrera: el oro panamericano en Lima 2019 

Con sólo 23 años, la sensibilidad y madurez conceptual de Nadia Podoroska nos sigue asombrando. Por fuera de la vanidad o la arrogancia de muchos deportistas de elite, su humildad y simpleza la vuelven cada vez más admirable y querible. Una persona tan cálida, profunda y necesaria como los personajes de Merlí, pero presente en la vida real. 


  • Fotos: Netflix (edición de Tenistas Argentinas), Getty; W25 Denain, Reuters.