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Archivo personal diario Clarín
Paola Suárez, campeona en la Copa Ericsson Buenos Aires '98.
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Stephanie Petit llegó esta temporada nada menos que a nueve semifinales en torneos Women's Circuits, quedándose con cuatro subcampeonatos. Empezó el año fuera de las primeras 1000 tenistas del ránking mundial WTA y ya escaló casi 500 puestos. A lo meritorio de estas actuaciones de la joven de 21 años se suma el hecho que todos sus desempeños destacados tuvieron lugar en Sudamérica. En Argentina, Brasil y Paraguay para ser más precisos.
Con algunos certámenes más por disputarse en la región (incluyendo un Challenger en Chile), los resultados de Stephanie reafirman la utilidad de la realización de estos campeonatos en América del Sur, eventos con cuestiones por mejorar (los torneos son casi exclusivamente de 15 mil dólares, la menor categoría, y muchas veces se superponen entre ellos en lugar de sucederse para garantizar más semanas de competencia), pero que son de vital importancia para que las chicas crezcan en su juego y ganen confianza y experiencia cerca de su país de origen, sin costos excesivos.
A finales de los años '90, algunos recordarán, el circuito de Challengers por Latinoamérica auspiciado por la compañía Ericsson forjó e impulsó las carreras de varios legionarios emblemáticos como Coria, Cañas, Zabaleta, Calleri, Nalbandian o Puerta. Entre las chicas, la empresa patrocinó la gira en el '98, cuando Paola Suárez logró afianzarse en el top 100 WTA gracias a sus títulos en Chile, Uruguay y Buenos Aires. Al año siguiente, La Negra se acercaría al top 50 y el resto es historia, o mejor dicho, una carrera histórica.
¿Garantizan futuros Corias, Zabaletas o Suárez la organización de estos campeonatos? Por supuesto que no. ¿Son necesarios para que los talentos jóvenes que hay en la región puedan motivarse a seguir creciendo o incluso a seguir compitiendo? Sin dudas. Si queremos que jugadoras como Stephanie Petit y las que vienen detrás puedan continuar explotando todo su potencial y ambicionar con una carrera en el tenis profesional, los torneos por puntos y dinero en Sudamérica tienen que subsistir y ser cada vez más.
