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Nadia en acción en Núremberg donde venció a 3 rivales mejor rankeadas a pocos meses de su vuelta al tour.
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Hace tiempo que se viene hablando y escribiendo sobre la desaparición del tenis de mujeres profesional del país. La falta de representantes entre las 100 mejores tenistas del ránking mundial de singles, la ausencia de compatriotas en los cuadros individuales de los Grand Slams y la añoranza de tiempos en los que Gabriela Sabatini, Paola Suárez o Gisela Dulko se lucían en el circuito son situaciones que, aquellos que no están informados o relacionados íntimamente con este sector del deporte, utilizan para criticarlo negativamente.
Sin negar que la actualidad está lejos de sus épocas doradas, lo cierto es, sin embargo, que el tenis femenino nacional siempre presenta momentos destacados, méritos que se redoblan si tenemos en cuenta la falta de apoyo que reina sobre las chicas y la distancia geográfica de Argentina del núcleo del calendario profesional. Semanas como la transcurrida, donde Nadia Podoroska se impone en tres partidos en el torneo WTA de Núremberg, Ana Geller, con 15 años, se acerca al top 50 mundial Sub-18 con sus cuartos de final en la gran Copa Bonfiglio o el equipo albiceleste Sub-14 se consagra campeón sudamericano en Guayaquil después de casi una década, son muestras claras de talento y vitalidad que deben reconocerse y centralizarse a la hora de evaluar con eficacia y detalle el presente de nuestras tenistas. Y ni hablar, por supuesto, de la jerarquía de María Irigoyen, instalada hace un lustro entre las primeras 75 doblistas del planeta, Lourdes Carlé, reciente top ten juvenil y con dos Women's Circuits ganados entre las mayores, o jugadoras de un potencial todavía vigente como Catalina Pella y Victoria Bosio, entre varias otras.
La sensación es que el exitismo y la desinformación imperan por sobre las ganas de impulsar estos desempeños de las chicas tan dignos de aplausos. Desde aquí, insistimos en la importancia de poder percibir que el tenis femenino argentino cuenta con condiciones y material para progresar todavía más, que la paciencia y el reconocimiento son factores necesarios para poder valorar y acompañar a las tenistas del país en ese deseo tan valiente -y casi heroico- de luchar por destacarse en un circuito tan competitivo y lejano.
Federación Ecuatoriana de Tenis Bettina Fulco, la capitana, junto a Guadalupe Martínez, Solana Sierra y Serena Pereyra en lo más alto de Sudamérica. |
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