Salerni comparte con nuestro blog una foto actual con
la réplica de la copa que logró hace 20 años. |
Fue la primera argentina (varón o mujer) en lograr un campeonato individual en el torneo más prestigioso del circuito y también la mejor tenista junior en toda la historia del tenis argentino. A 20 años de su inolvidable título en el singles juvenil en Wimbledon 2000, María Emilia Salerni recuerda con Tenistas Argentinas sus vivencias en el All England y los momentos más significativos de su notable carrera. Además, cómo siguió su vida después del tenis y un presente que incluye el regreso a las canchas como entrenadora.
- Wimbledon en su piel
-Ya pasaron 20 años de tu título juvenil en Wimbledon, ¿qué recuerdos tenés de aquel torneo?
-¡La verdad que 20 años! Un montonazo, ¡me hace sentir vieja! (risas). ¿Qué recuerdos tengo de aquel día, de aquella semana? La verdad que se me vienen 2 o 3 imágenes a la cabeza. La final, que fue bastante complicada en cuanto al clima porque habíamos parado 2 o 3 veces en el medio. Tengo el recuerdo de esas entradas al vestuario de profesionales, porque nosotros juniors usábamos otros vestuarios, y el jugar en cancha 1, que había un montón de gente, muchísimo para lo que estaba acostumbrada en ese momento. Recuerdo primero eso, el estadio, la diferencia y el impacto de jugar en esa cancha y encima habíamos jugado luego de la final de dobles caballeros de profesionales, así que había quedado bastante gente en ese estadio. También recuerdo las paraditas de lluvia, que entrábamos al vestuario que está ahí debajo y bueno, también otro impacto y todo lo que conlleva eso: el manejo de tiempos, de concentración, nivel de ansiedad para poder manejar las situaciones, me acuerdo de todo ese estrés y experiencias, lo llevo en la piel.
El otro gran recuerdo fue el último punto, cuando terminó y empecé a saltar de alegría y enseguida fui a saludar a mi hermana Mariana que estaba ahí y a mi entrenador Sergio Ledesma. Fueron dos abrazos que también me quedaron para siempre.
Y bueno, para darle un toque de glamour (risas), la cena de campeones, donde pudimos compartir una cena totalmente atípica para una chica de 17 años junto a los campeones del momento de ese año en profesionales (N. del R. Venus Williams y Sampras), en juniors, en singles y en dobles, así que con mucho brillo y mucho glamour. Esas fueron particularmente las sensaciones y recuerdos que tengo, que todavía vivo.
-¿Pensás cada tanto en tu cotidianidad: "soy campeona del torneo más tradicional y legendario de la historia"?
-La verdad que no, cotidianamente no tengo ese planteo, ni lo vivo a diario porque tengo una vida muy agitada, muy intensa actualmente con mis 3 hijos y mi trabajo y todo lo que se vive hoy también en estos tiempos. Pero sobre todo mis "peques", que bueno, tienen 1 año y 10 meses, la nena tiene casi 4, y el más grande también casi 8. Así que la verdad que no tengo ni tiempo de pensar en mí y menos en mi pasado (risas). Pero bueno, siempre cuando llega esta época del año, estas semanas cuando se juega Wimbledon, siempre en algún lado escucho que me nombran y bueno ahí reivindico y vivo todo lo de ese momento y los años que jugué allá que la verdad fue divino y para mí es un privilegio. La verdad que siempre digo que más allá de todo el trabajo y el don que una tuvo para jugar al tenis, fui afortunada de todo lo que viví, de lo que me dio el tenis y lo que una también entregó hacia el tenis. Así que veremos si cuando sea un poquito más grande la pueda vivir a esta vivencia un poquito más a diario, pero por ahora la verdad que no.
Algunos grandes puntos de la final de Salerni en Londres
- "Me sentí totalmente realizada"
-¿Ganar en césped, que en ese entonces era todavía más rápido, no era habitual para los jugadores argentinos, ¿por qué considerás que tu juego se adaptó tan satisfactoriamente a la superficie?
-A mí siempre me gustó jugar en superficies rápidas y habíamos hecho un trabajo muy copado, muy bueno para prepararnos para Wimbledon. Ese año yo estaba entrenando con Sergio Ledesma, quien me enseñó a jugar y que estuvimos muchísimo, desde mis 4 años hasta mis 18 años, 18 años y medio, juntos. Y en ese momento de ese año, año y medio, estábamos trabajando en conjunto con Leo Lerda y bueno éramos un equipo y se había planteado a principio de año como gran objetivo lograr el número uno del mundo entonces cada Grand Slam fue muy bien preparado a nivel calendario y a nivel superficie. Había jugado el torneo anterior, que también lo había ganado, en Roehampton, que es la universidad donde se juega la qualy de Wimbledon de pro, y bueno, la verdad que venía con un nivel de confianza muy bueno, porque también venía de una gira en polvo de ladrillo en Roland Garros de perder la final y venía con una suma de partidos muy, muy buena, con confianza y con buena preparación. Creo que mi juego se adaptó al césped porque mis golpes prácticamente eran muy planitos, de drive, sobre todo, también de revés, me gustaba volear, tenía buen saque, y sobre todo me sentía cómoda en las superficies rápidas donde el punto no duraba mucho (risas). Y era bastante agresiva. Así que creo que también fue por eso". (N. del R. esa misma temporada Salerni finalmente logró el Nº1 del mundo en la categoría y, además de Wimbledon, obtuvo los títulos en singles y dobles del US Open).
-¿Recordás qué sentiste al levantar el trofeo y en la premiación?
-En el momento, si bien estaba preparada para ese título, la noche anterior fue bastante complicada, no pude dormir muy bien por la ansiedad que me generaba, pero sentía que lo podía lograr, que podía ganar esa final. Y la verdad que me impactó mucho más el hecho de todo lo ceremonial de Wimbledon, el duque de Kent en el balcón que yo no sabía ni quién era, sinceramente, y menos a esa edad. Y todos los pasos que se hacen una vez que ganás, que pasás por el museo de ellos que tienen ahí adentro y que te entregan la copita más tarde, como que te la hacen la premiación en la cancha y luego más tarde en el balcón, y bueno, eran sentimientos nuevos y fuertes, digamos. Sobre todo cuando una es junior que es todo nuevo, todo el paso a profesionales y esas cosas. Así que la verdad fue muy emocionante, muy emotivo, y como siempre remarco, la suerte y la posibilidad de poder compartirlo con mi hermana Mariana, de las mujeres la más grande, y con mi entrenador que también estaba en el momento. Así que sí, levanté la copita y me sentí totalmente realizada.
Match point, festejo y premiación para María Emilia en el All England
- Su carrera, el retiro y la actualidad: del enojo con el tenis a la felicidad por lo recorrido.
-Para los lectores que nos consultan por vos y te admiran hace mucho tiempo, ¿cómo resumirías las cosas que pasaron en tu vida en estos 20 años?
-Como te imaginarás, es difícil resumir 20 años en una respuesta, sobre todo porque desde el 2000 al día de hoy también está toda mi carrera profesional, que si bien no fue demasiado larga, duró prácticamente 9 años hasta finales del 2009 cuando yo me retiré. Empiezo por esa parte, en el 2001 arranca una etapa como profesional, un primer año full time como profesional muy bueno, donde yo ya estaba 104 WTA. Después empezó a complicarse un poco más el tema de entrenadores, como que cambié varios entrenadores en esos 3, 4 años y la confianza fue un poco bajando porque no llegaban los resultados y se sumaban mis lesiones, mis 3 lesiones grandes, sobre todo la última, que fue la más difícil yo creo, porque había vuelto a recuperar mi confianza, a recuperarme como persona y como deportista de alto rendimiento. Por entonces ya estaba ubicada y centrada en Valencia, España, con entrenador, con una compañera de equipo de muy buen nivel que fue Anabel Medina, quien me enseñó muchísimo y me contagió a ser mejor tenista en esa etapa. Así que estuve mis últimos 3 años allá y después llegó una lesión del pie derecho, del hueso del calcáneo, una fractura por estrés, conjuntamente con problemas en el tendón de Aquiles también, así que derivó en una operación, por lo cual estuve un año sin competir y del ranking 65 fui al 900 y tuve que volver a empezar. Fue la más dura porque estaba 65 en Febrero, con todo un año por delante, prácticamente nada de puntos por defender y terminando de jugar mi primera final WTA en Bogotá y la verdad que el pie ya venía con muchas molestias y venía con mucho dolor. Y ahí fue tener paciencia en el momento y operarme y volver de la lesión con molestias y con un post-quirúrgico y con energía como para volver, pero ya no fue lo mismo. Por haberme ido un año de la competencia es como que el fueguito interno se fue apagando. Y ya cuando volví, si bien tenía ranking protegido y en menos de 5 meses del 900 ya estaba 220/260, fui madurando la decisión de dejar. Ya no era feliz, ya no sentía lo mismo, no me importaba ganar o perder y fue ahí cuando con 26 años decidí dejar.
A partir de eso terminé muy enojada con el tenis y me llevó 3 ó 4 años volver a amigarme y sentir que bueno, que el tenis había sido una parte hermosa. Había terminado enojada porque sentí en el momento que el tenis me había retirado, no que yo me había retirado del tenis, sino que el tenis me dejó por esta gran lesión última que tuve. Así que en ese momento estaba en pareja con mi actual marido, súper emprendedor e invertí para tener un negocio de diseño, me metí en el rubro de comercio, viví la vida mucho más tranquila, en una ciudad chica y empecé a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, de no vivir ajetreada de aquí para allá, en aviones, esto y lo otro. Así que bueno, tuve un negocio que se llamaba Pipí cucú, que era una casa de cosas de diseño, de objetos de diseño, regalería, en San Francisco. Después me surgió la posibilidad de comenzar a ser entrenadora en un club de un pueblo de acá cerca de San Francisco, en Freire, la cual acepté ya un poco más con ganas de devolverle a la gente, a los chicos, a los alumnos, lo que el tenis me había enseñado. Así que estuve 4 años como directora de esa escuela, donde logramos la verdad que muy lindos resultados, logré tener un vínculo muy lindo con todos mis alumnos, aprendí mucho como entrenadora, como docente, nada que ver con la experiencia como jugadora, me fue enriqueciendo muchísimo más el contacto con padres, con familias, con niños, me encantó encarar la parte formativa. La verdad que logré muy lindos resultados con ellos y sobre todo en la zona: muchos chicos de la zona de alrededores venían a entrenar conmigo y se hizo una escuela re linda.
Ya ahí tenía a mi primer hijo de un año y medio, cuando comencé en Freire, mi primer hijo nació en el 2012, 4 años después nació Catalina, que todavía yo seguía en Freire, y bueno ya cuando Catalina cumplió un añito en el 2017, las cosas como que se empezaron a complicar un poco con el tema de los viajes, de dejar a los chicos, de perderme una etapa súper linda y necesaria con ellos y bueno, decidí dejar por un tiempo al menos para dedicarme a ellos. Y ya con la llegada de mi tercer hijo más que definida la decisión de meterme en el mundo de la maternidad que me encanta, que la verdad que cuesta también, lleva tiempo y dedicación, pero la verdad que muy contenta de haber podido tomar la decisión , de hoy disfrutarla, y de haber podido tomarla, y mi marido también me apoyó así que viviendo una etapa a nivel maternal súper linda.
Como profesional, María Emilia también tuvo una carrera destacada llegando al puesto 65ª en singles y al 45ª en dobles en el ránking mundial WTA. |
En el 2018 nació mi tercer hijo y a partir de ese año, todo el 2018, prácticamente el 2019 y lo que va de este año trabajo con mi marido en un local muy grande de la ciudad, de ropa informal, de hombre y mujer, con muchísimas ganas de crecer, un negocio de familia que inició con sus padres y que actualmente somos nosotros dueños, ya los padres no están vinculados y bueno, trabajamos los dos de eso, manejando otros tempos y dedicándome mucho más a ser mamá y a estar más tiempo con los chicos, así que esa es mi situación actualmente.
La vuelta al tenis
-Y lo que se le suma este año es volver a estar en contacto con el tenis, con una propuesta de una ex alumna que yo entrené en Freire durante 4 años, Luna Morini, que la verdad que fue un proyecto súper lindo y trabajamos muy, muy bien en aquel momento y es una propuesta para volver a jugar al tenis, ya que ella en el medio había dejado, una propuesta de ayudarla, así que a partir de Marzo, justito cuando arrancó toda la cuarentena, estoy involucrada en un proyecto de ayudarla, de entrenarla, conjuntamente con Claudio Gariotti y su equipo, acá en San Francisco y el objetivo es entrenarla y ella ya se está preparando y estudiando para una beca universitaria en Estados Unidos para ingresar en Agosto del año que viene. Así que por el momento, el contacto con el tenis es sólo eso y nada más que eso, ¡y no quiero más que eso porque no tengo tiempo! (risas), no dispongo de tiempos, y pasa a ser una cuestión más personal porque yo la quiero mucho a Luna, es una relación que la siento como una hija entonces en esta oportunidad quería ayudarla e intentar lograr juntas el objetivo. Y bueno, ya una vez que ella se vaya me imagino que seguiré con la mía. Igual nunca cierro la puerta a volver a ser entrenadora y tener una escuela de tenis, no la cierro, pero tampoco hago ilusión para todos los que me piden que vuelva, ¡que por suerte es bastante la gente que me pide que vuelva! Pero bueno, acá estamos, vamos a ver qué depara el futuro, mis niños, y cómo sigue todo esto en adelante.
Obviamente que en el resumen está todo lo que una fue adquiriendo como jugadora, con el tenis, de la mano de una raqueta. Todo lo que una fue formándose como persona, que la verdad es muy enriquecedor y hoy la verdad estoy muy feliz de lo que viví como tenista y de lo que estoy viviendo actualmente como persona, como madre, con los proyectos laborales que tenemos y todo lo que se va dando. Así que estoy viviendo una etapa muy, muy feliz, estando agobiada muchas veces por el trajín de los más chiquitines de la casa, ¡pero muy contenta!
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"Sé que me falta y que no me puedo quedar con esto, aunque mi sueño era ganar Wimbledon. Todavía no lo puedo creer", declaraba a la prensa el 08 de Julio del 2000 María Emilia Salerni luego de vencer 6-4 7-5 a la ucraniana Perebiynis y concretar su hazaña en La Catedral del tenis. Desde entonces, numerosos sucesos como representar a Argentina en la Fed Cup y los Juegos Olímpicos, conseguir incontables triunfos en el circuito WTA en singles y dobles y haber formado una familia de la cual se siente orgullosa sobrevinieron en la vida de María Emilia. "20 años no es nada", dice el popular tango. Para nuestra protagonista es un ciclo de muchas y merecidas alegrías.
- ¡Gracias María Emilia por tu amabilidad y disposición para este texto!
- Fotos y videos: Archivo Tenistas Argentinas, Cortesía Diego García (@VuelvanY en Twitter), PSN, Getty Images y María Emilia Salerni.
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