Inolvidable

EFE

Gisela y Paola festejando un triunfo en Roland Garros.





Tras su participación en los Juegos Olímpicos de Londres, Gisela Dulko y Paola Suárez pusieron fin a su equipo de dobles y volverán al circuito con nuevas compañeras. Y si bien el resultado en la cita olímpica no fue el esperado, sería injusto desconocer la gran alegría que representó que ellas, dos de las mejores tenistas de la historia de nuestro país, hayan jugado juntas.

Una emoción que será memorable, perdurable, inolvidable. Un recorrido que las encontró con grandes triunfos y que les valió la posibilidad, a ambas, de volver a participar en un Juego Olímpico.

Los nostálgicos, probablemente, hubiéramos deseado que siguieran compitiendo como dupla. Pero también agradecemos la posibilidad de haberlas disfrutado. A Paola, la admirable top ten en singles, número uno en dobles y multicampeona de Grand Slams, y a Gisela, líder argentina por años y años e inagotable inspiración para muchas jóvenes que hoy dan sus primeros pasos en el profesionalismo.

Para algún exitista desmedido, sugiero desde este espacio transformar el lamento en lucidez y valorar la oportunidad de haberlas contemplado juntas, en uno de los grandes sucesos que vivenció el tenis femenino argentino.


¡Gracias, chicas!