(Foto: Tenistas Argentinas)
El equipo argentino de Fed Cup, con menos apoyo que el de la Davis.
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La idea del presente texto está lejos de querer plantear una crítica destructiva de algunas actitudes de la Asociación Argentina de Tenis para con el tenis femenino nacional, más aún cuando, después de muchos años, numerosos aspectos han mejorado en el vínculo entre las jugadoras y la mencionada Institución.
La creación de un Departamento de Tenis Femenino, coordinado por gente que quiere y apoya a este sector del deporte y a sus protagonistas, mayor difusión en el sitio web oficial respecto al desempeño de las juveniles y las profesionales y el sostenido trabajo para acercar más público a las últimas series de Fed Cup, se anotan entre los varios cambios positivos que viene manifestando la Asociación.
Sin embargo, otras cuestiones todavía parecen pendientes, y creo importante mencionarlas. Había trascendido hace un tiempo la renovación del acuerdo -hoy rescindido por cuestiones políticas- entre la A.A.T. e Y.P.F., empresa que sólo brindaba apoyo económico al equipo masculino de Copa Davis, y no así a las chicas de la Fed Cup, situación que las propias jugadoras y entrenadora vivieron como discriminatoria y en la que la A.A.T., en su momento, no tomó medidas.
Actualmente, es LAN Airlines quien se erige como principal sponsor de los varones, pero no ha trascendido que su apoyo se extienda también a las mujeres.
Por otro lado, días atrás, se informaba a la prensa sobre la presencia de Martín Jaite y Mariano Zabaleta en el torneo de Miami, viendo competir a los jugadores argentinos y franceses para preparar de la mejor forma la próxima serie de Copa Davis. La pregunta resultó inevitable: ¿Y Bettina Fulco?
(Foto: Tenistas Argentinas)
Bettina Fuuco en su banco de capitana. Aún no pudo viajar a un torneo del circuito.
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Ya en el cotejo ante Suecia, la capitana argentina confirmó que le había manifestado a los dirigentes de la Asociación su necesidad de concurrir a algún certamen internacional para poder contemplar a las posibles rivales en directo y dejar de mirarlas por videos. Así, mencionaba: "Hace 5 años que no viajo y todo lo manejo por youtube. En vivo y en directo uno sabe en que momento aflojan, si son buenas en el comienzo de un tercer set, movimientos... Ojalá haya presupuesto para ir a ver a las chicas"
Tras recibir algunas críticas en relación a haber enviado al capitán y al sub-capitán de los varones, quedando Fulco al margen, la A.A.T. aclaró al sitio Tenis Sports que los viajes de Jaite y Zabaleta se descuentan del Prize Money ITF de la Davis, mayor lógicamente que el de la Fed Cup. Bettina, ubicada y sincera, le explicó al mismo medio que ella no quiere afectar la recaudación de las chicas y por ese motivo no viaja. Allí también comentó que tiene amigos en Miami que le filmarán algunos encuentros de las británicas -futuras rivales en Abril-, y que también podrían haberla alojado, reduciendo gastos. Pero no hubo forma.
¿Qué es, entonces, aquello que puede reclamarse? Pienso que Bettina Fulco debería haber viajado a percibir de cerca el circuito. Ese guiño, el de pagar un pasaje, hubiese implicado un gesto ético de la A.A.T., un acto respetuoso que hubiera dado fuerza a la promovida intención de la dirigencia de otorgarle un mejor lugar al tenis femenino nacional. Un acto de grandeza, de enaltecimiento hacia esta sección del tenis tan querida, pero también maltratada. De haber sido así, la foto de Martín y Mariano en Miami mostrando la nueva remera promocional de la Davis no hubiese dolido tanto. Claro está, no hubo imagen de Bettina. ¿No hay remera para las chicas? ¿No interesa promocionarlas? e incluso, el hecho que la capitana sea mujer, ¿influye en este tipo de decisiones?
Si los propios dirigentes reproducen los prejuicios y actitudes que tratan de "segunda" al tenis femenino, difícil será modificarlos. Demandar que los principales patrocinadores, quizás de alguna forma diferente, apoyen también al tenis de mujeres, o permitir que una capitana que viene haciendo un trabajo serio y responsable tenga la posibilidad de observar en algún gran torneo no sólo a las británicas, sino también a otras jugadoras y virtuales rivales, pueden ser cambios complejos, pero además necesarios.
Desde nuestro lado, como espectadores, creo que también tenemos un rol: el de seguir alentando a las chicas, sosteniendo que merecen el mismo trato y apoyo que los varones y que esa acción, a largo plazo, puede traducirse en beneficios para el tenis femenino. Puede sonar ideal, pero tenerlo al menos como parámetro crítico quizás permita seguir logrando mejoras, que, como se dijo anteriormente, poco a poco van teniendo lugar.