El potente drive de Casabianca en el clay de Forest Hills. Una de las cartas de su triunfo. |
Más que una junior
"Desayuné con las chicas juveniles. Me impresionó la tranquilidad que tenía Claudia, estaba escuchando música, serena, como si hoy no tuviera que jugar una final. Le tengo una fe bárbara". Guillermo Vilas, próximo a conquistar el campeonato de mayores, confiaba en que la mentalidad y el talento de Claudia Casabianca iban a permitirle a su joven compatriota de 17 años ganar el Campeonato juvenil del Abierto de Estados Unidos. Y tuvo razón.
Forest Hills. Sábado 10 de Septiembre de 1977. Una tarde hermosa y calurosa. El escenario ideal para una hazaña. Por primera vez en la historia, un tenista argentino varón o mujer iba a consagrarse campeón de un certamen de Grand Slam junior. Y el protagonismo lo tuvo Claudia Casabianca al derrotar en la final del US Open para menores a la norteamericana Lea Antonopolis, número uno del mundo en la categoría, por 6-3 - 2-6 y 6-2.
Claudia se prepara para jugar la definición ante
Antonopolis. La argentina lucharía
para conseguir su gran triunfo.
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"Se lo dije a mi mamá antes de ir al torneo. Sabía que lo iba a ganar. Tenía la convicción de que ese torneo era mío" comparte Claudia con Tenistas Argentinas 37 años después de la definición. "Recuerdo que estaba muy concentrada pero no estaba nerviosa. Estaba sola, así que me la tenía que rebuscar para darme garra, entonces miraba un poste que estaba adentro de la cancha y visualizaba que ahí estaba mi mamá". Y sigue: "Al principio era un sueño. No podía creer que había ganado Forest Hills. Después fui emocionándome más con las cosas que iban sucediendo. Los periodistas me hacían notas, la gente me felicitaba, iba a programas de TV. Me convertí en famosa".
La final
"Me tenía que vengar, porque Antonopolis me ganó en cuartos de final de Wimbledon. Sabía que tenía que levantar la pelota para que no se viniera a la red, que es lo que mejor hace. Conseguí mantenerla en el fondo y que entrara en los peloteos, donde la primera en equivocarse era ella. Cuando se dio cuenta y empezó a adelantarse a las pelotas altas y volearme desde la mitad de la cancha me complicó el segundo set. Entonces varié la táctica y traté de bajarle la pelota, ya que es un poco gordita y le cuesta llegar a este tipo de pelotas. Ahí terminó por desorientarse y cometió muchos errores", le relataba la campeona a la Revista El Gráfico luego de su victoria sobre la arcilla verde estadounidense en la que se disputaba el certamen.
En ese entonces, la misma publicación describía a Claudia como "Una chica baja, fornida, de un temple excepcional y un tenis inteligente, que puede no llegar a tener la sutileza de los elegidos, pero sí la contundencia de los ganadores. Inteligente, muy inteligente. Compensa con ello su falta de ataque y su falta de estatura. Pero es todo coraje y potencia en su poco ortodoxo revés de dos manos".
Ganar con Vilas
Un día después de la consagración de Claudia, Guillermo Vilas superaba a Jimmy Connors en cuatro sets y lograba en Norteamérica el segundo título de Grand Slam de su carrera. Casabianca, admiradora incondicional de Willy, vio redoblada su emoción. "Ganar el mismo fin de semana que Vilas fue algo maravilloso. Él es mi ídolo así que fue otro sueño. Cambié mi ticket de avión al domingo para estar junto a él, ¡y me invitó a pasar a primera!".
Otra enorme satisfacción llegó en el momento de recibir su premio -N. del A.: una medalla de oro que años después le robaron-, suceso que compartió nada menos que con la ganadora en damas Chris Evert (otra de sus ídolas) y ante un grupo de residentes argentinos que gritaban "Claudia, Claudia" desde la tribuna. Sus compañeras de generación Ivanna Madruga, Liliana Giussani y la número uno argentina Raquel Giscafré estuvieron con ella durante la semana, compitiendo en diversas disciplinas.
Historia y presente
Claudia Casabianca, una joven que leía la Biblia, escuchaba los Bee Gees y daba libre las materias del secundario, entraba en la historia del tenis argentino con su título junior en Forest Hills. El primer trofeo de Grand Slam juvenil ganado por una raqueta nacional, antesala de las conquistas venideras de Sabatini, Tarabini, Salerni, Coria, Nalbandian y varios otros.
Actualmente, Claudia se dedica a enseñar tenis a chicos con discapacidad en la Municipalidad de Vicente López, actividad que realiza hace más de 20 temporadas y que incluye también la creación de espacios y jornadas deportivas y sociales de integración para estos niños. Madre de dos hijos -una joven azafata y un flamante abogado-, el tenis sigue siendo para ella parte fundamental de su existencia, como cuando era niña y le robaba la raqueta a su papá para ir a jugar al frontón del Club Comunicaciones sin saber que, unos años más tarde, su vida cambiaría para siempre.
"Todos iguales". Lejos de los prejuicios, Claudia trabaja con el tenis como vehículo para la inclusión. |
- Pueden encontrar más imágenes e información de la carrera de Claudia Casabianca, en este artículo.
- Agradecimientos: Claudia Casabianca, por su interés para participar en esta nota.
- Fuentes e imágenes: Archivo personal Revista El Gráfico; Archivo AP; Libro "Ayer y hoy. El Gran tenis argentino" (Clarín); Claudia Casabianca.