domingo, 25 de octubre de 2020

Mariana Díaz-Oliva: la actitud como bandera


Mariana en acción vs Medina-Garrigués en Bangkok '06:
un cierre épico para una carrera fantástica

Muy celebrada en los últimos años, la palabra actitud puede correr el riesgo de resultar banalizada. Sin embargo, para Mariana Díaz-Oliva, este concepto está lejos de volverse trivial. La actitud, la entrega, la disposición a luchar, a trabajar y a superarse constantemente, fueron una marca registrada en la carrera de una de las tenistas argentinas más importantes de la historia, que se ubicó top 45 mundial y que se encuentra, también, entre las 6 únicas compatriotas campeonas WTA en singles en toda la Era Profesional. Una trayectoria trascendente, a la que sumó un compromiso íntegro para representar al país en numerosas series de Billie Jean King Cup, los Juegos Olímpicos y los Panamericanos, dedicación que se prolongó luego de su retiro y hasta la actualidad, trabajando incesantemente en la formación de niños y jóvenes tenistas tanto aficionados como profesionales. No debe extrañar, entonces, que ese sustantivo, actitud, se lea inmediatamente en su perfil vigente de WhatsApp, como un emblema que la acompaña desde hace décadas en el tenis y en la vida.

Pero, si bien este semblante guerrero formó parte reconocible e indeleble de su capital tenístico, hay algo que, como seguidores de su carrera, siempre nos sorprendió: en su última gira profesional, en Asia, a miles y miles de kilómetros de su país de origen, Mariana no solamente consiguió uno de sus triunfos más notables como profesional en su certamen de despedida, sino que también disputó por primera vez no una, sino dos finales del circuito grande en dobles. Luchar hasta el final, para Díaz-Oliva, no es una expresión lanzada al vacío, sino una concepción plena de significado y corazón. 

En este post, recorremos minuciosamente junto a la protagonista las últimas escenas de su exitosa trayectoria, epílogo digno de recordarse como una muestra, como un compendio perfecto, de lo que fue su paso de 15 años por el circuito internacional de tenis.

  • La decisión del retiro (y el sueño del millón) 

"Arranqué el 2006 ya sabiendo que iba a ser mi último año porque terminé el 2005 con una lesión en la mano izquierda: se me había roto el ligamento triangular, no podía pegar bien el revés, ya tenía 2 hernias de disco, había tenido fractura por estrés, una cirugía en la rodilla... Entonces ya venía con muchas molestias y sabía que físicamente no estaba para aguantar mucho más. Así que aunque empecé el año 50 WTA, decidí que sólo iba a jugar los torneos que más me gustaran, iba a priorizar ganar más dinero y no los puntos. Por ejemplo, un caso que fue clave: en vez de ir a jugar los torneos de polvo de ladrillo después de Wimbledon que yo siempre iba, Palermo (N. del A., allí fue campeona en 2002) y esa gira, me fui a jugar en cancha dura a Estados Unidos, sabiendo que no era mi superficie favorita y que en muchos de esos torneos por ahí jugaba qualy, pero por lo menos había mucho más dinero que en los demás certámenes. Y bueno, un poco lo que pasó en esa última gira en Asia fue que yo quería llegar a ganar un millón de dólares en premios totales desde el inicio de mi carrera, que era como mi sueño, y me faltaba poco, pero si no me iba bien en singles no iba a llegar. Entonces decidí jugar también dobles y tratar de entrar en todos los torneos que pudiera con el ranking de dobles así llegaba a ese objetivo". 

  • Terminar disfrutando 

"Ese último año me fui despidiendo de todos los torneos, en muchos de esos torneos tenía amigos, a veces me quedaba en casa de la familia de ellos, o iban al torneo a verme, entonces como que me fui despidiendo un poco sabiendo que el último año lo quería disfrutar y que probablemente no iba a tener grandes resultados porque físicamente estaba con muchos problemas, y por ahí aguantaba un partido muy bueno y muy largo y al día siguiente no podía pegar de revés o no podía levantar la cabeza para sacar, entonces todo eso fue haciendo que mi calendario fuese diferente y que priorizara justamente el disfrutar, el pasarla bien e ir a los torneos que me gustaban. Había ciudades en las que no la había pasado bien, decidí no ir a esos torneos y sí ir a Asia a fin de año, que me habían gustado mucho los torneos, se podía hacer buen shopping en China (risas), pero también la verdad que la había pasado bien los últimos años que había ido y por eso decidí que mi última gira iba a ser ahí".


Casualmente en Seúl, Corea, Mariana disputó
su primera serie de  la Billie Jean King Cup en 1997
junto a Labat, Paz y Montalvo 

  • Corea, Japón, Tailandia 

"Iba a ir primero a jugar a India, que era la semana previa a Seúl, pero me ofrecieron la verdad que bastante buen dinero para ir a jugar a Brasil unas Olimpiadas del Estado de San Pablo así que me fui a jugar ahí en vez de India y después arranqué en Seúl. En Seúl perdí rápido en singles y me acuerdo que cuando voy a firmar a ver si tenía chances de entrar en dobles, porque yo no tenía buen ranking de doblista, había una china (N. del A: Chia-jung Chuang, futura top 5) que estaba 200 como yo, que estaba buscando compañera y digo 'bueno, me anoto con esta china', que yo no sabía ni quién era y bueno, nos anotamos en el torneo, firmamos, entramos y la verdad que jugamos súper bien. La china se cruzaba todo el tiempo en la red y me decía que cuando yo estaba en la red a la primera o segunda pelota me tenía que cruzar. Ella hablaba muy poco inglés o sea que era todo más que nada señas, ver a dónde sacar e inventar cómo jugar pero me sentí muy cómoda y jugamos muy bien todo el torneo. La final fue contra Paola Suárez y Virginia Ruano Pascual, ahí arrancamos muy bien y después ella bajó un poquito, creo que se intimidó un poco: yo sabía cómo jugaban Vivi y Paola, porque las había visto montones de veces, sabía cuando tiraban globo, o cuando hacían "la australiana" para qué lado iba cada una, pero bueno, ellas igual eran una pareja consolidada y nos ganaron bien en la final"

  • Correr, transpirar y luchar dentro y fuera de la cancha

Díaz-Oliva en conferencia de prensa en Tailandia
la semana de su retiro 

"Después, el siguiente torneo en Tokio no pude jugar singles porque tenía que jugar qualy entonces al llegar a la final de dobles las horas previas me quedé afuera y solamente podía jugar dobles. Ahí me anoté con una jugadora alemana, Julia Schruff, porque Chuang había quedado con otra para jugar, ganamos la primera rueda y perdimos en cuartos de final. Y después, rumbo al último torneo mío que iba a ser en Bangkok, Tailandia, cuando me estoy yendo de Japón nos agarra un tifón antes de salir el avión, se suspenden todos los vuelos, una tormenta fortísima y todos los vuelos quedaron en espera para ser reprogramados. Pero como una vez que ya habías pasado migraciones no podías volver a entrar a Japón, nos dejaron encerrados en el aeropuerto a ver cuándo reprogramaban el vuelo para poder salir. Pero el tema es que yo en el último torneo tenía que jugar qualy y veía que cada vez se me iba haciendo más tarde y no me iban a dejar jugar, entonces hablé con la WTA, le expliqué la situación y lo que hicieron, como mi vuelo se postergó para un día y medio después, fue programar 2 partidos de qualy el mismo día que era como si te dijera el domingo del torneo"

  • El último, como el primero 

"Ese domingo yo llego en un vuelo a las 4:45 de la mañana, juego mi primer single a las 11 y después otro a última hora, paso la qualy, y cuando veo el cuadro y que me toca contra Anabel Medina-Garrigués (N. del A., la española estaba 28 del mundo y era la segunda favorita del torneo), que siempre me había ganado, yo incluso había estado set y 4-1 arriba contra ella en partidos muy peleados pero siempre me había ganado, y nada, cuando veo ese cuadro, digo 'no puedo creer que el último torneo voy a jugar contra esta chica. No lo puedo creer'. Yo lo que quería, que por ahí es lo que cualquier jugador o jugadora desea, no sé, era retirarme de la manera en la que jugué toda mi carrera, porque yo decidí que me iba a casar a fin de año, decidí que ahí iba a terminar mi carrera, entonces yo entré a la cancha pensando en darlo todo como lo hice siempre que jugué". 

  • En una victoria, toda una carrera 

"Me acuerdo que hacía muchísimo pero muchísimo calor, los 2 primeros sets fueron súper parejos (N. del A., Mariana perdió el primero 7-6 (4) y ganó el segundo 6-3) y el partido era, a pesar de ser en cancha dura, larguísimo; no podías agarrar la raqueta del calor, te tenías que secar todo el tiempo la transpiración y terminé ganando 6-4 en el tercero. Me acuerdo que el entrenador de Anabel, que era muy amigo mío, cuando salí de la cancha me dijo: 'la verdad no lo puedo creer, no puedo creer que vos vengas hasta acá a jugar el último torneo de tu vida y pongas la garra que pusiste y tengas las ganas de seguir corriendo como corriste, la verdad, te felicito'. Y lo que me pasó después es que quedé muy mal físicamente y a la mañana siguiente me desmayé muchas veces y cuando tuve que entrar a jugar mi partido de singles la verdad que estaba a un 20 por ciento de lo que había jugado el día anterior. Me acuerdo que perdí contra una japonesa (Aiko Nakamura), que para mí era ganable porque yo estaba jugando bien, pero bueno, ahí terminó mi single y por suerte llegué a la final de dobles que perdimos 7-5 en el tercero con una sudafricana, Natalie Grandin, con la que también había jugado en Wimbledon. Así que por lo menos me quedé hasta el último día y disfruté de estar en un lugar tan lindo como Tailandia".

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Mariana y su primer título profesional, el 10K
de Buenos Aires 1992

Con un amor propio extraordinario, el tramo final de la carrera profesional de Mariana Díaz-Oliva refleja elocuentemente, como decíamos, la lucha incesante de tantas temporadas compitiendo en el tour. Como cuando a los 16 años, sin sponsors ni dinero y contando únicamente con el respaldo de su familia, ganó su primer título profesional en un 10K en el Buenos Aires Lawn Tennis derrotando a varias favoritas para ratificar su deseo de dedicarse seriamente al tenis o cuando, en el mismo escenario, en 1998, batalló contra la ex top ten eslovaca Habsudova antes de caer 11-9 en el tercero. O como la vez que revirtió un 0-6 - 0-2 en contra vs. la favorita Clijsters para llegar a su primera final WTA en Bol 2001, remontada similar a la que había protagonizado jugando por Argentina ante la colombiana Castaño en una Zona Americana I en Don Torcuato en 1999. Una mentalidad asombrosa que fue el gran talento que acompañó su tenis profundo, inteligente y aguerrido desde el fondo de la cancha. 

Finalmente, gracias a su gira asiática, Mariana cumplió el anhelo de llegar al millón de dólares en ganancias oficiales en toda su carrera. Antes, ya había concretado sus objetivos de ser campeona WTA en singles y representar a Argentina en las competencias deportivas más importantes alrededor del mundo. Como pocas veces se ve, Díaz-Oliva construyó una carrera con plena conciencia de cada logro y de cada sacrificio que debió protagonizar. Los obstáculos físicos y económicos fueron muchos, pero siempre logró atravesarlos con esfuerzo y motivación. O mejor dicho con actitud, ese término especial que Mariana Díaz-Oliva honró, honra y revaloriza a cada paso.


  • Fotos: Imago; www.jirobkk.com y cortesía Mariana Díaz-Oliva.  
  • Pueden encontrar más detalles de la carrera de Mariana en este perfil; y de su título en Palermo en esta nota. Además, en nuestro canal de Youtube hay varios partidos subidos de su gran carrera. 


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