viernes, 30 de agosto de 2013

Replay The Point: US Open 1997. Las travesuras de "Mecha" en la gran manzana


Por Diego García, lector y colaborador del blog


Mercedes Paz y Pablo Albano jugaron la final en el flamante Arthur Ashe.


En 1997 el Us Open inauguraba su nuevo estadio, el Arthur Ashe Stadium, dejando atrás el glorioso Louis Armstrong, court que albergó, entre otros, el gran triunfo de Gaby Sabatini en 1990.

Los americanos no iban a perderse la oportunidad de festejarlo a su manera y fue así que todos los ex campeones del torneo fueron invitados a una fiesta que incluyó fuegos artificiales y recital en vivo de Whitney Houston.  Allí estaban Graf, Navratilova, Evert, Lendl, Becker, Edberg, B.J.King, y por supuesto el gran Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini entre otros.

Por aquel año, el tenis argentino se encontraba en transición, ya sea el femenino como el masculino. Sabatini hacía poco tiempo había “colgado la raqueta” por lo que Florencia Labat se había convertido en la abanderada argentina en cuanto al tenis femenino. A tal punto, que ese año, realizaría una gran actuación en el abierto norteamericano llegando a los octavos de final.

Pero también habría una grata sorpresa en aquel torneo para los argentinos en la especialidad de dobles. Mercedes Paz junto a Pablo Albano producirían una loable actuación, premiando, quizás, un gran cierre de carrera para la tucumana, ya que al año siguiente se retiraría del circuito profesional.

La prueba de dobles mixtos no suele ser tenida muy en cuenta por los tenistas, algunos pocos se le animan, por distintas razones, y otros, directamente, prefieren obviarla. Generalmente los que se dedican a la especialidad de dobles, suelen desenvolverse en el mixto también.

En aquel torneo “Mecha” Paz y Albano decidieron unir fuerzas y probar qué sucedería. Ambos, siempre, se desenvolvieron bien en dobles con diferentes compañeros/as y si bien, en esta ocasión, confiaban en sus fuerzas el cuadro se les presentaba harto difícil.

El primer obstáculo parecía, a priori, el más accesible y con gran coordinación y buen plan de juego derrotaron a la dupla Wild/Broad 6-3, 6-4.

La próxima rueda parecía marcar la posible despedida de los argentinos, allí los esperaban los hermanos checos Suk/Sukova campeones de Wimbledon aquel año en la especialidad de mixtos.

Sin embargo las sorpresas tomaron por asalto Nueva York y Mecha y Pablo lograrían una valiosa victoria por 7-6 (7-5),6-3. Dicha actuación los colocaba en los cuartos de final de la especialidad y la gran manzana parecía querer envolverlos en su magia y encanto.

Pero ellos no eran los únicos argentinos que intentaban hacer de las suyas en la capital del mundo, otra argentina, Patricia Tarabini, junto a la española Conchita Martínez no se querían quedar atrás y su desempeño en el dobles femenino secundaba lo que Paz y Albano venían realizando en los mixtos. Con esfuerzo y cumpliendo destacadas actuaciones lograron llegar también hasta los cuartos de final, pero allí terminarían sus aventuras, ya que Conchita sufría de una lesión en su espalda que no les permitió concluir su encuentro contra Hingis/Sánchez Vicario cuando éstas les ganaban 4-0.

Así, con Tarabini eliminada y con Labat (arribando hasta los octavos de final en el single femenino cayendo contra Martina Hingis) Mecha Paz y Albano quedaron como los únicos representantes de nuestros país en pie.

Los cuartos de final marcaban que la dupla argentina debía enfrentar a los 3ros. preclasificados del torneo: el ruso Andrei Olhovskiy y la latona Larissa Neiland.

Pero como siempre sucede en este tipo de eventos, la suerte, a veces, juega un papel fundamental y Nueva York les daría a los argentinos un guiño importantísimo. ¿Cuál?... que los rivales no se presentasen por lesión de la letona Larissa Neiland.

De esta manera Paz y Albano se ubicaban automáticamente en las semifinales del torneo a la espera, ahora, de los primeros preclasificados: los norteamericanos Lisa Raymond y Patrick Galbraith.

Para Mercedes era igualar algunas de sus mejores performances en la especialidad, como haber sido semifinalista en el mismo Us Open en el año 1991 con la soviética Leila Meski, o con Gabriela Sabatini en Roland Garros de aquel año también. Alcanzar una final de Grand Slam era uno de sus mayores sueños.

El partido semifinal fue organizado para jugarse en el Grand Stand, el tercer estadio en importancia a partir de la apertura del Arthur Ashe. Había bastante público para aquel partido y Mercedes y Pablo salieron a jugar sus chances plenos de confianza, pese a la envergadura de sus rivales, que vale recordar, eran los defensores del título.

Tras quebrar el servicio de Raymond en cuarto juego del primer set, los argentinos conservaron esa ventaja y lograron el primer parcial por 6-4. En el siguiente, el break se produjo en el séptimo juego y Albano perdió la posibilidad de ganar el partido en el décimo game. Llegaron al tie-break. Cuando todo se encaminaba hacia un desenlace en tres sets, los tenistas de nuestro país volvieron de un 1-6 para ganar y quedar a un paso de entrar en la historia del tenis. Así el marcador final marcaba el triunfo para la dupla argentina por 6-4, 7-6 (8-6).

Mercedes confesaba: Llegué a Nueva York con la idea de que podía ser mi último gran torneo, y cuando perdí en la qualy de singles lo pensé más todavía. Pero ahora no sé, llegar por primera vez a la final de un Grand Slam es una de las mayores alegrías de mi carrera”.

Mientras Pablo agregaba: “… esta alegría es una de las más grandes del año… nos dimos cuenta de repente, cuando avanzamos a las semifinales, de que podíamos ganar. Nos tomamos esto muy en serio y estamos a punto de entrar en la historia. Éste fue, por lejos, el mejor partido de mecha desde que jugamos juntos”.

La gran manzana no dejaba de sorprender a estos dos argentinos que iban por uno de sus mayores logros deportivos. Según dicen, quienes han tenido la maravillosa posibilidad de concretarlo, no existe cosa más excitante y maravillosa que jugar una final de Grand Slam, ya sea en la especialidad que sea. Es algo que no ocurre todos los días, por lo que Mercedes y Pablo eran consientes de semejante oportunidad. ¿Cómo vivirían dicha final? ¿Entrarían nerviosos a jugar? ¿O por el contrario irían a disfrutarla como nunca? ¿Nueva York jugaría a ser el duende al cual convocar ante la mínima dificultad? ¿Cómo dos profesionales venidos del sur del mundo lograron realizar lo que hicieron ellos? ¿Cuántos lo han hecho allí? ¿Cómo sería jugar la mismísima final en el reciente inaugurado estadio Arthur Ashe?!!

Sus rivales serían los segundos preclasificados, la holandesa Manon Bollegraf y el norteamericano Rick Leach. Ambos venían de obtener aquel año el abierto de Australia en la especialidad, además de ser eximios doblistas con varios títulos en su haber en la especialidad.

La empresa, a priori, se veía muy difícil, pero aquel día, bajo un cielo completamente despejado, aunque con bastante viento, los primeros sorprendidos serían Bollegraf/Leach. Mercedes y Pablo salieron con todo a jugar “su” final y de entrada ya habían quebrado el saque de Leach con lo que manteniendo la ventaja, más otro quiebre a Bollegraf lograron quedarse con el primer set por 6-3.

Albano no dejaba de “asistir” a Mecha, cruzándose cuando podía, mientras Mercedes no le iba en zaga, sorprendiendo a Leach constantemente.

El título parecía estar en sus manos, más aún, cuando al comienzo del 2do set quebraron nuevamente el servicio de Leach colocándose arriba en el marcador por 2-0. Sí lograban mantener ese quiebre, el campeonato y toda la gloria sería para ellos.

Pero la pareja holandesa-norteamericana no era una dupla improvisada y sin experiencia, entraron a cargar el juego sobre Mecha y allí el encuentro se equilibró. Pablo pareció sentir el impacto y la presión por tratar de cubrir a su compañera y eso hizo que los errores entraran en escena en la pareja argentina. Eso derivo en una pérdida del servicio por parte de Albano y otro por el lado de Mercedes que les permitió a sus rivales alzarse con el segundo set por 7-5.

Set iguales y a desempatar la gran final en un tercer y definitivo set.

La paridad no podía ser mayor, cada jugador mantuvo su saque. Bollegraf y Leach sentían que habían resurgido de una situación difícil, mientras Paz y Albano, pasado el shock de perder el parcial anterior, volvieron a complementarse muy bien.

Era imposible determinar quien ganaría aquel encuentro, pareció en un primer momento que sería para los argentinos, cuando le rompieron el servicio a Bollegraf y mantuvieron esa ventaja hasta que Mercedes sirvió 6-5 y sacaba por el campeonato.

La tensión era mucha y eso hizo que rápidamente perdiera su servicio y todo se definiría en el Tie-Break. Allí la mayor experiencia de sus rivales hizo que prevalecieran por 7-3 por lo que el tablero del estadio sentenciaba un 3-6, 7-5 y 7-6 para Bollegraf/Leach y su segundo Grand Slam de la temporada.

Para Mecha y Pablo quedaba la bronca de haber estado tan cerca, sin embargo en la entrega de premios no dejaron de sonreír y abrazarse mutuamente. Íntimamente, sabían que habían ofrecido lo mejor de sí, más no podían dar. Dejaron el alma en el court central de Flushing Meadows e hicieron entrar al tenis argentino, como otros tantos compatriotas, en la historia del tenis nacional.

Finales de Grand Slam no se juegan todos los días y que mejor obsequio que arribar a una para cerrar una carrera brillante como la de la tucumana Mercedes Paz.

En lo alto del estadio un grupo de argentinos hacía flamear la bandera argentina, que parecía mimetizarse con el firmamento, Pablo y Mercedes no dejaban de observarla porque, quizás, en sus corazones hayan sentido la incomparable sensación de sentirse campeones a pesar de la derrota. Pues, entonces, ¡Felicitaciones “campeones”!



  • Fuente bibliográfica: Diarios La nación, Olé, Popular. Revista Tennis magazine, Francia, número 259.



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