lunes, 13 de junio de 2011

Perfiles

Florencia Labat



En todos estos años que vengo siguiendo el tenis femenino argentino, no hubo tenista a la que apreciara más que a Florencia Labat. Ella, junto a Paola Suárez, son sin dudas mis dos jugadoras más queridas. Pero lo de Florencia es especial.
Cuando empecé a seguir este deporte, allá por finales de 1996, Labat era, tras el retiro de Gabriela Sabatini, la mejor tenista de nuestro país y la única ubicada entre las mejores 50 jugadoras del mundo.

El drive de Florencia, su mejor golpe.

A partir de allí, comencé un trabajo de reconstrucción de su carrera, que no hizo más que aumentar mi admiración e interés por esa joven de aspecto serio, poco reconocida por la prensa a pesar de sus éxitos, y de la que siempre se destacaba su inteligencia para plantear tácticamente los partidos, en desmedro  de sus capacidades técnicas, siempre menospreciadas, aunque muy respetables.
Luego llegó la añorada oportunidad de ver jugar a Florencia por televisión,  y, desde entonces, la pasión fue desmedida.
A diferencia de lo que planteaban varios periodistas, me deslumbró el juego de Labat. Su estilo propio, singular.  Ese drive de zurda poco ortodoxo, pero muy potente, unido a su característico revés con slice, que intentaba amortiguar los tiros con los que sus rivales buscaban desbordarla,  y a esa voluntad para correr todas las pelotas, hacían que ver jugar a Florencia se convirtiera, en lo personal, en un placer incomparable.
Pude presenciar personalmente varios partidos de Florencia (incluida la primera vez que fui a un estadio de tenis en la serie de Fed Cup frente a Eslovaquia en 1998) y sentí una inmensa alegría. Es que, en mi experiencia, la figura de Labat está ligada al placer nostálgico de esperar ansioso el deportivo de  TyC Sports a ver si ella había ganado, o al de abrir el diario por la mañana –en realidad compraba dos, y si ella ganaba, más- con la expectativa de encontrar alguna foto nueva, aunque sea de archivo.
Florencia Labat aumentó y afirmó mi amor por el tenis. Una mujer centrada, cultivadora de la seriedad y el bajo perfil, que sin embargo construyó una carrera llena de éxitos. Un orgullo y una suerte haber sido testigo de varios de los grandes momentos de su carrera.

  • Campeona Mundial Juvenil



Florencia Labat tuvo una destacada campaña como junior, consagrándose en grandes torneos de la categoría como el Orange Bowl Sub-16 en 1987 (venció en la final a la chilena Macarena Miranda por 6-1 -1-6 y 6-1), y la tradicional Copa Bonfiglio en Milán, Italia, en 1989, año que concluyó como la campeona mundial juvenil en un circuito en el que participaban, entre otras, jugadoras como la estadounidense Jennifer Capriati  (terminó como número 2 del mundo detrás de Florencia).

  • Una rápida inserción en profesionales
Compitiendo aun entre las juveniles, Florencia logró ubicarse rápidamente entre las mejores 100 tenistas del mundo en mayores.
Florencia celebra en un torneo de 
juveniles en el '89. 

En 1989, año de su consagración en juniors, pasó la clasificación del US Open en profesionales  y accedió hasta la segunda ronda, derrotando en su debut nada menos que a la sueca Catarina Lindqvist (17ª del mudo) por 6-1 -3-6 y 7-6 (2) . Esa temporada, además, accedió a sus  dos primeros cuartos de final en torneos WTA en los certámenes de Arcachon, E.E.U.U. (polvo de ladrillo) y Phoenix (cemento). En este último campeonato venció a la 74ª del mundo y séptima favorita, la sudafricana Dinky Van Rensburg  por 6-1 y 6-3. A su vez, conquistó  los certámenes ITF de 25 mil dólares en Módena y Arezzo, ambos en Italia y sobre canchas lentas.
Llamativamente, Florencia finalizaría el año como la número uno juvenil, pero también, de manera notable, como la 77ª en profesionales.  
 
  • Los grandes resultados

En 1990, si bien tuvo un año de transición, se destacaron sus triunfos ante la alemana Isabel Cueto (12ª favorita y 21ª del ránking) en la primera ronda del torneo de Berlín por 4-6 - 7-6 (4) y 6-1 y la victoria ante la italiana Raffaella Reggi (5ª y21ª) en los octavos de final del WTA de Dorado, Puerto Rico, por 6-4 - 4-6 y 7-6 (4).
Además, alcanzaría su primera semifinal del circuito WTA en San Pablo, Brasil, y los cuartos de final en el certamen de Estrasburgo, Francia. A su vez, jugó por primera vez en su carrera profesional los torneos de Roland Garros y Wimbledon, cayendo en su debut en ambos Grand Slams. Por otro lado, disputó el primer partido de su campaña ante una top ten, perdiendo 6-1 y 6-3 con Mary Joe Fernández (5ª) en los octavos de final de Worcester, sobre carpeta. Florencia terminó la temporada como la 102ª tenista del ránking mundial.
Un año más tarde, recuperó posiciones en el listado WTA a partir de muy buenas actuaciones en grandes torneos.  Llegó a los octavos de final en Miami, venciendo en tercera ronda a la japonesa Naoko Sawamatsu (15ª preclasificada y 27ª del ránking) por 1-6 - 7-6 (5) y 6-2, antes de perder con la número uno del mundo, la estadounidense Mónica Seles  7-5 y 6-0, tras realizar un gran set inicial.  A su vez, logró su primer triunfo en el cuadro principal de Roland Garros derrotando a la holandesa Stephanie Rottier (148ª) por 1-6 - 7-5 y 6-1, cayendo luego con la estadounidense Shaun Staford.
Pero su mejor actuación se produciría en el Abierto de los Estados Unidos, donde alcanzaría la tercera ronda luego de derrotar de manera consecutiva a dos jugadoras top 20: la francesa Nathalie Tauziat (14ª favorita y 15ª WTA) 7-5 y 6-4 en el debut, y la local Amy Frazier (20ª) 2-6 - 7-5 y 6-2 en segunda ronda. Finalmente caería ante la austríaca Judith Wiesner (16ª) por 6-4 y 7-5. Tras este resultado, se ubicaría por primera vez en su carrera entre las mejores 50 tenistas del mundo, y concluiría el año como la número  60 del listado internacional.

Florencia en acción en el US Open '92, donde llegó a
los octavos de final.

En el año ‘92, Labat jugaría por primera vez en su carrera los cuatro campeonatos de Grand Slam en una misma temporada, cayendo en sus debuts en Australia, Roland Garros y Wimbledon, pero accediendo sorpresivamente hasta los octavos de final del US Open (foto arriba derecha), torneo en que venció a la croata Iva Majoli (por entonces 104ª)  por un doble 6-3 en la segunda vuelta y a la sudafricana Amanda Coetzer (19ª) por 6-3 - 4-6 y 6-4 en tercera ronda, antes de ser derrotada por la alemana Steffi Graf (2ª) 6-2 y 6-2.
Ese mismo año, alcanzó otras dos semifinales en el circuito en los torneos de Kitzbuhel, Austria, sobre polvo de ladrillo (venció en cuartos de final  a la 3ª favorita y 19º del ránking Wiesner y cayó en tres sets con la búlgara Manuela Maleeva, décima del mundo) y Schenectady, E.E.U.U., sobre cemento (derrotó a la segunda preclasificada la checa Radka Zrubakova (27ª) 6-4 - 4-6 y 6-2 en cuartos  y perdió en sets corridos con la 4ª favorita y 32 del mundo, la holandesa Brenda Schultz-McCarthy). Culminó la temporada en el puesto 52ª del ranking mundial WTA.

En 1993 lograría sus mejores performances en el Abierto de Australia -cayendo 6-7(8) - 7-5 y 6-2 en segunda rueda en un partido memorable ante Jennifer Capriati (7ª)-, Roland Garros (foto arriba derecha) y Wimbledon, alcanzando en ambos Grand Slams la tercera ronda y perdiendo ante las top ten Capriati (8ª, nuevamente en 3 sets) y la alemana Anke Huber (10ª) respectivamente. También llegó a su primera final del circuito en el torneo de Curitiba, Brasil, sobre polvo de ladrillo, donde, ubicada como la segunda preclasificada y 52ª del mundo, venció a la rumana Irina Spirlea (3ª favorita y 74ª) en semifinales y perdió con la candidata alemana Sabine Hack (23ª) 6-2 y 6-0. Terminó el año en el puesto 51 de la clasificación mundial.

En Roland Garros '93, uno de sus mejores torneos en París.


El año ‘94 fue el más destacado en la carrera profesional de Labat. Alcanzó tres finales en el circuito, todas sobre cemento: Brisbane, Australia (cayó en la definición del clásico certamen australiano ante la estadounidense Lindsay Davenport, 2ª favorita y 20ª del mundo, por 6-1 -2-6 y 6-3), Kallang, Singapore  (fue derrotada por Sawamatsu, máxima preclasificada y 24ª del ránking, por un doble 7-5) y Jakarta, Indonesia (perdió con la tercera favorita e ídolo local Yayuk Basuki (49ª) 6-4 -3-6 y 7-6, 7-1 el tie-break). A su vez, fue semifinalista en el torneo de Pattaya.   
En la misma temporada, alcanzó también por segunda vez en su carera los octavos de final en un Grand Slam, accediendo hasta esa instancia en el torneo de Wimbledon, donde derrotó 6-3 -3-6 y 6-4 a Hack (15ª) en primera vuelta y a la histórica jugadora estadounidense Pam  Shriver (53ª) 6-4 - 4-6 y 6-2 en la tercera ronda, cayendo ajustadamente con la también estadounidense Lori McNeil por un doble 7-6 (7-4 ambos desempates). El 12 de Septiembre de ese año Florencia logró el que sería el mejor ránking de su carera llegando a la posición número 26. Finalizaría la temporada como la 38ª tenista del mundo.
Al año siguiente, Florencia brilló representando a su país (ver “La mejor representante de su país”), obteniendo la medalla dorada en singles en los Juegos Deportivos Panamericanos ‘95 en la ciudad de Mar del Plata. Hizo, además, semifinales en San Juan de Puerto Rico  y cuartos de final en el importante torneo de Delray Beach, E.E.U.U. También llegó a la tercera ronda en Roland Garros y el US Open (foto), certamen en el que cayó 6-4 en el tercer set ante la japonesa Kimiko Date (6ª del mundo y 7ª favorita). Además, se consagró campeona del ITF 50 mil de Tucumán, sobre polvo de ladrillo,  en el que, como máxima favorita, venció en la definición a la pergaminense Paola Suarez (3ª preclasificada y 139ª) por 6-2 y 6-1.  En la misma temporada, obtuvo otra victoria destacada sobre Sawamatsu (9ª y 16ª WTA), a quien derrotó en Berlín por 7-5 5-7 y 7-5 en la segunda ronda.  Concluyó el año en el puesto 56.

Durante su partido ante Kimiko Date en el US Open '95.


Labat comenzó de gran forma el año ’96 con dos semifinales consecutivas en Auckland y Hobart, ambos torneos en Oceanía y sobre cemento. Luego bajó su nivel hasta Wimbledon, certamen en el que superó dos rondas hasta caer con Mary Joe Fernández (foto). Alcanzaría el mejor resultado de su carrera en un torneo Premier llegando a los cuartos de final en Montreal (venció en octavos de final a la japonesa Naoko Kijimuta (55ª) 6-3 y 6-0, y fue derrotada por Arantxa Sánchez-Vicario (número dos del mundo) por un doble 6-4). También realizó segunda ronda en el Australian Open y el Abierto de los Estados Unidos (volvió a perder en 3 sets ante una top ten, esta vez Jana Novotna (7ª), por 6-2 - 4-6 y 6-2). Terminaría la temporada como la número 43 del ránking WTA.


En Wimbledon 1996, donde accedió hasta la
tercera ronda.

El año 1997 sería otro de los mejores en la carrera de Labat. En el comienzo de la temporada, accedería a la segunda ronda en Australia, y un tiempo más tarde, en Indian Wells, llegaría hasta los octavos de final con un gran triunfo ante la sudafricana Amanda Coetzer (13ª del ránking  y 8ª candidata) 1-6 - 7-5 y 7-5, salvando dos match-points. Alcanzaría los octavos de final de Hamburgo (venció a la sueca Asa Carlsson, 32ª) y, en uno de los mejores torneos de su carrera, accedería a las semifinales en Madrid, venciendo en cuartos de final a la rumana Irina Spirlea (13ª del mundo y 4ª preclasificada) por 6-2 y 7-5, y cayendo en 3 sets ante la multicampeona Mónica Seles (máxima favorita y 3ª del ránking) en un inolvidable partido que concluyó 6-7 (3) -6-1 y 6-2. Un gran torneo para Labat, en el que compartió semifinales con la propia Seles, Sánchez-Vicario y Novotna. 
Instalada como la indiscutida tenista número uno de Latinoamérica, Florencia alcanzaría también la tercera ronda en Wimbledon  y repetiría, como en el ‘92, otra gran actuación en el US Open (foto) donde llegaría hasta los octavos de final. Camino a la 4ª ronda en Flushing Meadows, derrotó a la mexicana Gavaldón, a la italiana Lubiani, y a la bielorrusa Olga Barabanschikova (91ª). En este último encuentro, salvó dos match-points en el segundo set, para terminar venciendo por 4-6 -7-6 (0) y 6-1 y avanzar hasta los octavos de final, donde se convertiría en la primera tenista argentina, hombre o mujer, en jugar en el por entonces nuevo Estadio Central Arthur Ashe, y cayendo ante la número uno del mundo Martina Hingis por 6-0 y 6-2. Finalizó su gran año en el puesto 39 del listado WTA.

Florencia celebrando su acceso a los octavos de
final del US Open 1997.

El año 1998 arrancó bien para la zurda argentina, quien accedió por primera vez en su carrera a  la tercera ronda  en el Abierto de Australia. Avanzó también a los octavos de final en el Open Gaz de France (venció a la rusa Elena Likhovtseva (33ª) 6-4 y 6-1 y perdió en 3 sets con Majoli, 5ª del mundo)  y Linz, Austria, y a la tercera ronda en el torneo de Miami (ex Lipton, foto) cayendo fácilmente con Sánchez-Vicario (8ª). Pero en la gira europea, Florencia bajaría su nivel y caería en 7 primeras rondas (incluyendo Roland Garros y Wimbledon).
Levantaría sus actuaciones en Estambul, Turquía, llegando a semifinales y unas semanas más tarde lograría su primer y único triunfo ante una top-ten venciendo en la primera ronda de Montreal –había atravesado la clasificación- a la suiza Patty Schnyder (10ª del mundo) por 6-4 y 6-3.

Florencia en Miami (Ex "Lipton") 1998 frente a Arantxa 
Sánchez-Vicario. 

Para ganarle a las mejores fundamentalmente me falta animarme. Porque durante todos estos años está más que demostrado que con las buenas jugué de igual a igual, salvo con Graf que fue la única que me ganó fácil. Tal vez me faltaría ganar uno de esos partidos para convencerme de que estoy en ese nivel”, había declarado Florencia unos meses antes de su gran resultado.
Cayó después en su debut del US Open, pero jugando un gran partido ante Seles, frente a quien perdió 7-6 (0) y 6-2. Culminaría la temporada en la posición 64ª del ránking.
En el ’99, sufrió una insólita quemadura en su pierna derecha con un secador de pelo que la alejó tres meses del circuito, obligándola a jugar la clasificación en Roland Garros y Wimbledon (no logró pasarlas). Para recuperar el ránking perdido, volvió a disputar torneos Women’s Circuit con grandes resultados, llevándose los títulos en Lexington (50 mil dólares) y Nashville (25 mil), Estados Unidos, arribando además a la final del ITF 25 mil de Buenos Aires, donde Paola Suárez (máxima favorita) la vencería por 6-0 y 7-5. Por primera vez en 8 años, no finalizaría el año entre las mejores 100 del mundo, ya que concluiría 116ª.
El 2000 sería el último año como profesional de Florencia.  Pasaría la clasificación en Australia, y llegaría hasta la tercera ronda, logrando un gran triunfo ante la dura española María Luisa Serna (46ª) y cayendo con la austríaca Bárbara Schett (9ª del mundo) en sets corridos. Con esa actuación, pudo ingresar directamente a los torneos de Grand Slam, llegando a la 2da. ronda en Roland Garros (obteniendo una buena victoria frente a la estadounidense Alexandra Stevenson (39ª) antes de caer frente a Tauziat, número 6 del mundo) y Wimbledon. Jugaría su último partido profesional ante la belga Justin Henin en el debut del US Open, y se retiraría en los Juegos Olímpicos de Sydney, cayendo con la holandesa Miriam Oremans por 6-2 y 6-4.  Pondría fin a su carrera ubicada entre las mejores 80 tenistas del mundo.

Pegando de drive en el Abierto de Australia '00.

"Retirarme en Sydney será una buena despedida. Una despedida a lo grande, diría. Después de todo, terminar la carrera en los Juegos para un deportista es algo bárbaro", manifestaría Florencia antes de cerrar su carrera. Y agregaría: "Me voy en un buen momento, jugando en los torneos más grandes. Si me hubiese retirado el año pasado, que retrocedí hasta el puesto 200 por una lesión que me impidió jugar seguido, entonces me hubiera puesto mal. Pero ahora no. Tomé la decisión y estoy contenta".   

  • Sus títulos en dobles
Si bien Florencia no consiguió títulos WTA en singles, obtuvo 7 torneos del circuito en la especialidad de dobles: Taranto, Italia, ’91 (junto a la francesa Alexia Dechaume-Balleret), Dorado, Puerto Rico, ’91 (con la japonesa Rika Hiraki), Kitzbuhel, Austria, San Marino, Italia y Schenectady, E.E.U.U. ‘92 (los tres de manera consecutiva con Dechaume-Balleret), Madrid ’98 (junto a la belga Dominique Van Roost) y Estrasburgo 2000 (en pareja con la canadiense Sonya Jeyaseelan).

Labat junto a Dominique Van Roost, junto a quien logró 
grandes actuaciones. 
 

En Grand Slams, su mejor resultado fueron los cuartos de final del Australian Open ’99 junto a Van Roost, año en el que logró su mejor posición por equipos, llegando al lugar 27. Al mismo tiempo, fue semifinalista en grandes torneos como Roma 1998 (con Van Roost) y Berlín 1999, con la rumana Ruxandra Dragomir.
A lo largo de su carrera profesional, Labat compartió torneos con la mayoría de las tenistas argentinas: Haumuller, Tessi, Tarabini, Fulco,  Gorrochategui, Paz (fueron finalistas en Palermo, Italia 1997) y con grandes jugadoras como Kimiko Date, Sandrine Testud, Virginia Ruano-Pascual, Silvia Farina-Elía, Sabine Appelmans,  Iva Majoli,  Elena Likhovtseva (llegaron a semifinales en Hannover, Alemania en el ’97) y Karina Habsudova (finalistas en el césped de Rosmalen, también en 1997).
Como dato curioso, es interesante señalar que Florencia, en dobles, sí pudo vencer a Steffi Graf. Junto a la japonesa Hiraki, derrotaron a la inolvidable alemana y a la cordobesa Inés Gorrochategui por 6-4 -3-6 y 6-3 en su debut en el torneo de Berlín.

  • La mejor representante del país 


Florencia en acción en los Juegos Panamericanos 
'95, donde ganó la medalla de oro. 


Florencia Labat conquistó el título más importante de su carrera en los Juegos Deportivos Panamericanos de Mar del Plata 1995, venciendo en las semifinales del torneo a la estadounidense  Chanda Rubin (36ª del mundo por ese entonces y máxima favorita) y logrando el oro en la final al derrotar a la también estadounidense Ann Grossman (otra top 40 y 2ª candidata, como verán, los Panamericanos tenían un gran nivel).
Arranqué el torneo sabiendo que tenía posibilidades de ganar la final y no quería desaprovecharla”, expresó en esa oportunidad Florencia, quien era la tercera preclasificada.
Además del oro en singles, Florencia ganó la prueba “Copa de Naciones”, junto a Bettina Fulco, sumando así dos medallas doradas.
Labat es, junto a la histórica Mary Terán de Weiss (campeona en el '51), la única jugadora de tenis argentina que ha ganado la medalla dorada en singles en dichos Juegos.
Párrafo aparte merece la actitud de Florencia en la Copa Federación. Posiblemente en la historia del tenis femenino argentino no hubo jugadora más presente en cuanto a representar al país que Florencia Labat. Es, hasta el momento, la jugadora local que más partidos jugó y ganó en la historia de la Copa, y cuenta con un récord de 19-13 en singles y de 5-4 en dobles.

En el Buenos Aires Lawn Tennis, en la serie de Copa Federación 
frente a Eslovaquia, en 1998.

Florencia fue representante del equipo nacional entre los años 1989 y 2000 (sólo faltó en el ‘99), destacándose las semifinales alcanzadas en 1993 junto a Inés Gorrochategui y Patricia Tarabini y sus grandes victorias sobre la estadounidense Lori McNeil en los cuartos de final del ’93, ante la francesa Tauziat en el ’96 y sobre la eslovaca Habsudova en Buenos Aires en el ‘98 (foto).
También fue muy emotivo el último de sus triunfos en la competencia por equipos más importante del mundo, en el que derrotó en Brasil por la Zona Americana I del año 2000 a la colombiana Fabiola Zuluaga por 7-5 -1-6 y 12-10, dándole a su país la posibilidad de pelear por un lugar en el Grupo Mundial, que finalmente consiguió.
Siempre di todo cuando me tocó representar al país. Me gusta jugar en equipo y es lindo sentir el respaldo de mucha gente”.

A su vez, Labat jugó por su país en tres Juegos Olímpicos: Barcelona 1992, Atlanta 1996, donde logró su único triunfo en la competencia venciendo a la rusa Elena Makarova por 6-2 y 7-5, y Sydney 2000, donde eligió retirarse.
Durante su carrera, Florencia también recibió el Olimpia de Plata por su desempeño en 1997, año en el que también se llevó el premio del diario Olé. A su vez, la argentina fue distinguida con el Premio Konex 2000 al Mérito deportivo.

En una nota en los J.J.O.O. de Sydney 2000, previo a su retiro

Una carrera exitosa para una jugadora que, tras el retiro de Sabatini, fue la cara más triunfadora  de este deporte –incluyendo al tenis masculino- y la única representante en las rondas importantes de los grandes torneos.
Después de este tiempo hubo varias cosas destacables que realicé, y prefiero pensar en ellas y no en las que no hice. Si bien llegué a varias finales, luego decidí ir a los torneos más grandes, y cuando una va a esos torneos se encuentra con las mejores. Ahí se hace más difícil. Pero no me pesa”, explicaba Florencia cuando le preguntaban por sus sensaciones la no haber conseguido un título en el circuito. Y concluiría: "El tenis me dio mucho. Pude conocer a mucha gente, lugares a los que nunca hubiera ido, y pude encontrar una profesión. No me sacó demasiado porque yo lo elegí y desde chica sabía que iba a ser tenista".
De tantas entrevistas que pude leer de Florencia, siempre me resonó una de sus ideas: “Las ganas de jugar al tenis son más grandes  que los malos momentos”. Una profesional y apasionada de este deporte, que construyó su excelente carrera simplemente haciendo eso, jugando muy bien al tenis. Una jugadora única, personal, diferente al montón y por fuera de cualquier clasificación estereotipada. Una de las mejores tenistas de la historia de nuestro país.    
 


  • Bibliografía: Anuarios y Perfiles de la WTA; Archivos diarios Clarín, Olé y La Nación; Libro "Ayer y hoy. El gran tenis argentino" (Clarín, 2005); Página Oficial de la Federation Cup; Revista Tennis en español Nº 7, 1997.
  • Archivos Fotográficos: Archivo personal Diarios Clarín y Olé; Revista El Gráfico; Getty Images.  




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