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Mercedes con los brazos en alto en San Pablo, luego de ganar el título.
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Marzo de 1985. Mercedes Paz tiene 18 años y, tras una exitosa gira por torneos satélites brasileños, se prepara para disputar la clasificación del Abierto de Sudamérica en la ciudad de San Pablo. La joven tenista se encuentra allí con su querida amiga y compañera Gabriela Sabatini, quien, ya convertida en una estrella del tenis nacional, es la máxima favorita del campeonato con sólo 14 años. "Mecha" y "Gaby" hace más de un año que comparten viajes, torneos y también entrenador.
Más allá de sus buenas actuaciones previas, las expectativas de la jugadora tucumana son bajas ya que el torneo, válido por el circuito WTA, cuenta con muchas jugadoras de gran nivel y mejor ubicadas que ella en el ránking .
"Yo pensé que acá duraba nada más que hasta el martes. Hoy es viernes y no tengo más ropa", expresaba sorprendida Mercedes pocos días después, tras alcanzar las semifinales en el cuadro principal, dejando atrás en ajustados partidos a la tercera y a la séptima favoritas del certamen, la suiza Drescher y la griega Kanellopoulou.
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Mercedes en su partido ante
Gaby Sabatini.
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Pero la prueba de fuego llegaría, precisamente, en semifinales: Mercedes tenía el duro compromiso de enfrentar a Sabatini, en un partido que se le presentaba más exigente psicológica que tenísticamente. Es que en esos años, sabemos, Paz era como una hermana mayor para Gaby, a quien cuidaba, protegía y sostenía.
"Vamos, Pato, yo no le puedo ganar a Gaby", le decía por esas horas Mecha al entrenador de ambas, el chileno Patricio Apey. Pero pudo. A base de potencia, subidas a la red y de anticipar las jugadas de su conocida amiga, Mercedes derrotaba 6-4 y 6-3 a Gabriela y se clasificaba así para la final del torneo.
Cuentan quienes presenciaron el partido que Mecha casi no festejó, que Gaby la besó a punto de romper en llanto por la emoción y que la propia tucumana se apenaba por vencer a su amiga y también compañera de dobles, con quien finalmente ganaría el torneo.
"Encontré mi tenis. Antes entrenaba y no sabía muy bien para qué. Si para acompañar a Gaby, para pasar el tiempo o para ser jugadora profesional. Este mes me aclaró el panorama. Me hizo crecer y creer". Cuando todos esperaban y apostaban por el primer título WTA de la excepcional Gabriela, Paz, con determinación, se animaba y daba la sorpresa.
Al día siguiente, Mercedes debería jugar la final ante otra jugadora preclasificada, la cordobesa nacionalizada peruana Laura Arraya, 2da. favorita y con más experiencia que la tucumana en el circuito grande. Paz perdió ajustadamente el primer set, pero finalmente, con paciencia e inteligencia para provocar el error de la rival, se llevó el partido y el torneo por 5-7 - 6-1 y 6-4.
"Sentí miedo cuando estaba 4-2 y 30-0 en el tercero. Fue cuando hice la doble falta, pero me repuse enseguida. Eso antes jamás lo hubiera logrado, ahí está la gran diferencia de este mes. Ahora sé para qué juego y cómo. Todo tiene sentido, antes era sólo una búsqueda".
Con 18 años, entonces, Mercedes Paz encontraba su lugar como tenista, pero también, inesperadamente, se posicionaba para siempre en la historia grande del tenis argentino: con el título ganado en San Pablo, la tucumana se convertía en la primera tenista argentina ganadora de un torneo oficial del circuito WTA en singles. Pero la actuación de Mercedes redoblaría la hazaña: la tucumana sería, también, la primera campeona de un torneo oficial proviniendo desde la clasificación. Una semana inolvidable, sin dudas.
"Ganar el título en San Pablo fue muy lindo y lo valoré aún más cuando me retiré. Un día jugaba con mi sobrino a las “Preguntas y Respuestas” y una de las preguntas del juego era: ¿Quién fue la primera argentina en ganar un título en tenis?. Mi sobrino, sorprendido, me dice: 'tía, está tu nombre, fuiste vos'. Eso nadie me lo va a quitar".