Martina Navratilova y Conchita Martínez, dos tenistas históricas que querían ver a Gabriela ganar Wimbledon

La sonrisa de Gabriela a pesar de la derrota. La argentina

y Steffi se despiden de Wimbledon tras una de las mejores

finales de la historia.

Hace unos días, publicaba una entrada refiriéndome a  los 20 años de la histórica final de Gabriela Sabatini en Wimbledon, aquel enorme y apasionante partido, jugado con una notable calidad por dos grandes tenistas en su mejor nivel.

Por estas horas, dos de las más reconocidas jugadoras del circuito, y compañeras habituales de Gabriela en los '80 y '90s, Martina Navratilova y Conchita Martínez, opinaron respecto a aquel memorable encuentro. 

Gabriela en Wimbledon 1991.

"Fue una gran final, uno de los mejores partidos. Debo decir que hinchaba por Gaby porque me gustaba la manera en que estaba atacando la red, jugando muy agresivamente. Eran dos grandes deportistas dando todo en el césped", expresó la gran Martina, campeona 9 veces en singles en La Catedral del tenis y número uno del mundo en varias temporadas.

"El tenis es bastante injusto a veces, ese partido es el perfecto ejemplo", manifestó por su parte Conchita, quien alcanzó el segundo puesto del ránking en 1995 y ganó en Londres en el '94, derrotando precisamente a Navratilova. 

Interesantes y fundadas reflexiones, que, si bien lamentan el resultado desfavorable para la argentina, no juzgan ni opinan sobre el accionar de Gabriela durante el match.

Aprovecho para recomendarles una muy buena nota de opinión de Paola Suárez en su blog de ESPN, en la que la ex-jugadora nacional reflexiona sobre la actualidad del tenis femenino argentino y latinoamericano, un sector del deporte que,  después de más de dos décadas, no tuvo representantes en un torneo de Grand Slam. Planteos que ayudan a pensar, teniendo en cuanta que, en ese momento, se le reprochaba a Gabriela no haber ganado el certamen, y, en la actualidad, no hubo siquiera una jugadora del país en el cuadro principal de singles.

Pienso que no sólo debe reivindicarse, lógicamente, la actuación de Gabriela, sino que habría que resignificar el desempeño de tantas otras tenistas argentinas que no han sido justamente reconocidas por sus notables performances en los grandes torneos, como lo hecho por la propia Paola justamente en Wimbledon 2004, cuando alcanzó los cuartos de final en singles cayendo en tres sets ante Amelie Mauresmo y, en mi opinión, no ha sido lo suficientemente destacada.