Eric Feferberg/AFP
Un hallazgo. Paola en su partido ante Mary Joe, en Roland Garros '95.
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La historia es bastante conocida. En el año 1995, después de un conflicto con un manager, y en una temporada en la que no venía teniendo buenas actuaciones, Paola Suárez, con sólo 18 años, había decidido dejar el tenis si no ganaba su primer partido en el cuadro principal de Roland Garros. No tenía dinero para continuar viajando, los resultados no la acompañaban y su situación era realmente crítica.
Como si esto fuera poco, el sorteo en París no la había ayudado para nada: Paola, 173ª del mundo, luego de haber sorteado una dura clasificación, debía enfrentar en su debut a una de las grandes figuras del circuito, la estadounidense Mary Joe Fernández, 12ª del ránking en aquel entonces, pero regular Top-Ten durante todos los '90.
"Si no gano el próximo partido, me retiro", habría comentado Paola al referirse a su exigente encuentro de primera ronda. E incluso, ante un grupo de periodistas, falta de confianza, habría manifestado: "Voy a jugar mi último partido".
Pero inesperadamente, contra todos los pronósticos -incluso el suyo-Paola Suárez dio la sorpresa: superó 6-4 y 6-3 a la norteamericana y, gracias al premio -aproximadamente 10 mil dolares- y a los puntos conseguidos, su carrera dio un giro rotundo.
"No tenía plata para seguir viajando. Fueron momentos duros. Pero por suerte gané y todo cambió", expresaría Paola en una entrevista realizada varios años después de su asombroso renacer tenístico.
"Es increíble, pero fue ese partido, fue la ayuda de mis padres, fue mi entrenador (Daniel Pereyra), todos ellos ayudaron a que yo esté hoy aquí", había mencionado Paola en el año 2004 durante el torneo más importante de su carrera, precisamente Roland Garros, 9 años después de aquel partido que cambió su vida y luego de haber accedido hasta las semifinales, convirtiéndose en Top-Ten en singles (fue 9ª después del torneo) por primera vez.
- "¿Qué hubiera pasado si no ganabas aquel partido contra Mary Jo-Fernández en Roland Garros '95, cuando no tenías plata para el viaje?", le preguntaron alguna vez a Paola.
- "Ese partido fue muy importante. Pero siempre digo: es el destino. Soy agradecida a Dios y a todos los que me ayudaron".
El 9º puesto en singles (la única tenista argentina Top-Ten de la historia junto a Gabriela Sabatini), el número 1 en dobles durante años (la primera argentina, varón o mujer, en alcanzar un primer puesto de un ránking mundial de tenis), los 8 Grand Slams en la especialidad de parejas, los 4 títulos en singles y los 44 en dobles, la medalla olímpica en Atenas, y muchos logros más, decoran la enorme carrera de "La Negra". Curiosamente, todos ellos a partir de aquel partido iniciático, de aquel momento en el que la pergaminense pudo mostrar todo su talento, su potencial y lo que era capaz de realizar en una cancha de tenis. De aquel día en el que Paola volvió a creer en ella.
Un instante imborrable en la cerrara de una de las mejores representantes del deporte argentino de toda la historia, quien, lejos de los flashes de la prensa y del ruido mediático -no creo que tanto por una decisión personal de ella, sino más bien por descuido, poco profesionalismo, negligencia y lamentable desinterés de muchos periodistas - nos permitió disfrutar y emocionarnos con todo su talento y con sus grandes resultados durante muchos años.
(Haciendo click en las imágenes, y después en el link de abajo a la izquerda, pueden agrandar las fotos y leer la entrevista en un tamaño mayor)
Fuentes e Imágenes: Archivos Diarios Olé y Clarín; Libro "El séptimo game" (G. Salatino, 2006 ), Getty Images; Video gentileza Diego García.
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