martes, 7 de febrero de 2012

De la nostalgia al presente: escenas del regreso de Paola




La noticia del regreso de Paola Suárez, aun con el paso de los días, sigue alegrándome infinitamente. Por estas horas, con ansiedad, me regodeo cada tanto imaginándola en varias situaciones que me ilusionan: compitiendo de nuevo, ganando torneos, ascendiendo en el ránking, representando al país, etcétera.
Y es que, en lo personal, Paola fue una de las tenistas que más disfruté ver. Su gran juego, su encantador revés, y los notables resultados que, poco a poco, fueron ubicándola entre las mejores 10 tenistas del mundo en singles, siempre provocaron en mí una enorme admiración, grandes satisfacciones y profundos momentos de felicidad, vivencias extrañas que logra generar un deportista de elite, alguien tan ajeno pero que sentimos tan cerca a la vez.
A Paola, a diferencia de otras jugadoras de los '90, pude verla crecer en el circuito. Desde aquel título sorprendente, casi reparador para nuestro tenis femenino, en Bogotá '98, pasando por ese 2000 acaso iniciático, en el que venció a Serena Williams y se consolidó entre las mejores 50 tenistas del ránking mundial, hasta el partido que es, sin dudas, un bello compendio de todo el esfuerzo que fue su carrera: el triunfo ante Sharapova en Roland Garros 2004, que le valió una semifinal de Grand Slam y el acceso al noveno lugar del ránking en singles.
Pero esta vuelta me conmueve, además, porque en cierta forma resignifica la gran carrera de Paola, injustamente poco reconocida por la prensa, que, sirviéndose de la cómoda excusa del “bajo perfil, muy pocas veces se interesó a fondo en sus actuaciones, a diferencia de lo que sucedía con sus exitosos colegas varones, siempre resaltados, más allá de su tipo de carácter. Ni el número 1 en dobles, ni el top ten en singles, ni los 8 Grand Slams en duplas, creo, tuvieron el reconocimiento adecuado para tamañas hazañas. “Perfil bajo, timidez”, excusas que justificaban el hecho que, por decisiones quizás machistas, quizás marquetineras, los flashes muchas veces fueran en otra dirección. Este regreso de Paola en búsqueda de una nueva medalla olímpica, con tanta repercusión, parece, si bien tardíamente, acercarla al lugar que le corresponde: el de una grande en la historia del deporte argentino.
Un blog es, ante todo, un espacio personal. Por eso quería compartir la alegría inmensa que me provocó esta noticia. Un proceso extraño, ya que algo que se parecía más a la nostalgia, se transforma, como en un fantaseo, nuevamente en presente, en expectativa, en ilusión. Vuelve Paola Suárez, y, de alguna forma, es como si volviera una época.





Fotos originales: wtnphotos.com. Los efectos son de este blog.


4 comentarios:

  1. si, la verdad que excelente la noticia del regreso de Paola.Yo la seguí tmb a lo largo de toda su carrera, x eso me alegraba mucho con sus grandes triunfos.Lo que logro en dobles fue impresionante.Es difícil reconocer la dimension de lo que 8 grand slams significan, asi como lo que tmb significa llegar a un top-ten en singles.Recuerdo las primeras veces que la vi jugar, en "rumbo a la davis" en el club obras sanitarias, cuando Paola tenia 14 años, jugando contra pamela zingman, cintia tortorella..al par de años ya estaba en la final de juniors en roland garros.Y sus logros han sido enormes, sin tanto reconocimiento como bien mencionabas.Siento una admiración profunda x su carrera y esfuerzo, y ya tengo ganas de verla en accion nuevamente :D

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  2. Federico: Como expresás en el comentario del post anterior, creo que ya es muy bueno y un gran motivo de alegría el hecho que Paola vuelva a competir, más allá de si finalmente consiguen o no una medalla con Gisela. La carrera de Paola fue excepcional, tanto en singles y ni hablar en dobles y su vuelta provoca, en todos los que la seguimos siempre, una gran expectativa. Abrazo!

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  3. Federico, te felicito por el blog, está muy bueno. Lo leo siempre aunque no escriba mucho por pereza pero sos un grosso en serio. Creo que compartimos la misma pasión que es alimentarnos de tenis todo el día y también creo la admiración por Hingis (Masters '96). Mucha lástima que no se televisen los partidos de mujeres excepto en los Gran Slam. Un abrazo!

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  4. ¡Hola! Agradezco mucho tus palabras y me pone muy contento saber que somos varios los que seguimos a las chicas argentinas. Coincido en que es una pena que no den un poco más de tenis femenino por televisión, como sí transmitían antes. Te aclaro por las dudas que mi nombre es Gabriel, Federico es el lector al que le respondí el comentario de arriba. Saludos y muchas gracias por seguir el blog!

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