En los tiempos en que Guillermo Vilas y José Luis Clerc eran grandes estrellas del mundo del tenis, la Argentina también contaba con una raqueta femenina entre las figuras destacadas de este deporte.
La cordobesa Ivanna Madruga, antes de la luminosa aparición de Gabriela Sabatini, animó el circuito internacional con notables actuaciones en los torneos más importantes.
Oriunda de Río Tercero, Córdoba, Ivanna fue la principal jugadora del país desde el año 1977 hasta 1984, y, tanto por su talento, como por su carisma y simpatía, tuvo un lugar destacado dentro del tour, así como también en la prensa local que, más allá de la presencia de dos ídolos como eran Willy y Batata, le dedicó varias páginas de sus publicaciones a la jugadora cordobesa durante su carrera.
“En Córdoba hay una chica que es lo mejor que vi en Argentina en años. Tiene un timming para llegar a la pelota y una facilidad para jugar increíbles”, comentaba la gran tenista nacional Raquel Giscafré, allá por 1975.
Dos años más tarde, y con apenas 16 años, Ivanna ya se convertía en la mejor jugadora de la Argentina en el ránking nacional oficial.
Los periodistas de aquella época, así como Giscafré, destacaban que Madruga –entrenada por su padre– manejaba con destreza todos los golpes y poseía una gran inteligencia para plantear los partidos. Al mismo tiempo, insistían en que debía desarrollar más su juego ofensivo, ya que muchas veces dependía del error rival.
Sin embargo, según iban señalando, con los años fue sumándole profundidad y potencia a su juego, lo que le permitió mejorar sus actuaciones en canchas rápidas, ya que siempre se destacó especialmente jugando sobre polvo de ladrillo.
“Gané en potencia, acentúo los efectos, presiono permanentemente, mi pelota va mucho más pesada”, explicaba en esos tiempos Madruga, quien compartió el circuito con jugadoras notables como Billie Jean King, Chris Evert Lloyd, Tracy Austin y Martina Navratilova.
De un estilo “clásico” para el tenis argentino de aquella época (influenciado por Guillermo Vilas), Ivanna jugaba desde el fondo de la cancha y le pegaba con mucho top spin a la pelota, tanto de drive como de revés. “Casi todas las jugadoras juegan plano, con slice. Yo no tengo una potencia grande, una velocidad de pelota rápida, entonces lo que trato de hacer es complicarlas con mis efectos”, expresaba.
14ª del mundo en 1980, año en el que alcanzó los cuartos de final en Roland Garros y el US Open y 17ª en el ’83, cuando, ya casada con Omar Ossés, repitió los cuartos de Flushing Meadows, Ivanna Madruga es una de las grandes tenistas argentinas de la historia, y una de las más recordadas por los especialistas del deporte nacional.
Admiradora de Guillermo Vilas y de la estadounidense Billie Jean King, Ivanna Madruga comenzó a jugar al tenis a los 8 años de edad, incentivada por su abuelo, y recibiendo clases de su padre. Contemporánea de otra importante tenista nacional como Claudia Casabianca (campeona del US Open Junior en el ‘77), la cordobesa logró posicionarse rápidamente entre las mejores jugadoras locales.
Ya en 1977, y con 16 años, Ivanna se adjudicaba el Abierto de la República y el Argentino (categorías ITF), convirtiéndose finalmente en la tenista número uno de la Argentina en el listado nacional, para sorpresa de los medios del país. “Lo único que me interesa es seguir jugando al tenis y jugar cada día mejor. Esa es la única manera de pretender llegar más lejos”, declaraba una adolescente Madruga tras sus grandes logros.
Un año más tarde, finalizaba la temporada en la 68ª posición de la clasificación WTA y ascendería hasta el 33º puesto doce meses después, luego de alcanzar los cuartos de final en Roma (cayendo en tres sets ante la norteamericana Chris Evert Lloyd, líder del circuito), los octavos de final en Roland Garros (con un triunfo por doble 6-4 ante la novena preclasificada, la yugoslava Mima Jausovec, y perdiendo nuevamente ante la máxima favorita Evert Lloyd por 4-6 - 6-2 y 6-3) y de derrotar a la inglesa Sue Barker (12ª favorita, 3ª del mundo en el '77) en la primera ronda de Wimbledon.
- Un lugar en la elite del tenis mundial
En 1980 (foto de arriba), tuvo lugar la mejor producción de Madruga. Con 19 años, accedió a las semifinales en Hilton Head, cayendo con la número uno del mundo de esa temporada, la estadounidense Tracy Austin, en tres sets, y a los cuartos de final en Roland Garros y el US Open.
En el Abierto francés, obtuvo un gran triunfo en octavos de final ante la cuarta favorita del torneo, la británica Virginia Wade por 6-0 - 6-7 y 6-2, antes de caer ante la checa Hana Mandlikova 6-2 y 6-3.
En el US Open (imagen debajo), por su parte, fue derrotada por la prodigio local, Andrea Jaeger (16 años en ese entonces, número 3 del mundo en 1983) con parciales de 6-1 y 6-3.
A su vez, alcanzó la primera final de su carrera en un torneo oficial de la WTA sobre el cemento de Salt Lake City, Estados Unidos, cayendo 6-1 y 6-3 ante la rumana Virginia Ruzici en la definición, luego de haber derrotado a la sudafricana Tanya Harford por 6-1 y 6-0 en semifinales.
Ese mismo año, logró su mejor posición en el ránking WTA, llegando al puesto 14. “La idea de este año era meterme entre las 15 primeras del mundo y lo logré. Ahora tengo que pensar en estar, en el '81, entre las primeras 10 y sé que puedo hacerlo”, analizaba Ivanna sobre el cierre de la temporada.
El año siguiente, la cordobesa bajó su rendimiento, si bien se destaca la meritoria final alcanzada en el gran torneo de Berlín, en la que cayó ante la checa Regina Marsikova (7ª favorita) 6-2 y 6-1. Ivanna había llegado al partido decisivo sin ceder un set en sus cinco encuentros previos.
Luego de casarse, y en 1983, volvieron los buenos resultados en la carrera de la cordobesa, quien viviría esa temporada su último gran año en el circuito, finalizando en la posición 18 del ránking, habiendo alcanzado el 17º lugar el 26 de Septiembre.
Ese año, enfrentó a Martina Navratilova en la segunda ronda de Hilton Head (cayó por doble 6-0), alcanzó los octavos de final en Roland Garros, y los cuartos de final del torneo de Indianápolis y el US Open. En este último certamen, dio la sorpresa en la segunda ronda al derrotar a la favorita local, Kathy Rinaldi (12ª) por 6-4 y 6-3.
“Me casé y vino un periodo lógico de placidez. Luego comencé a extrañar la competencia, a darme cuenta de que la necesitaba. Entonces dispuse volver y reencontré el gusto por jugar. Pero mucho más serena, más pensante, más segura. De inmediato encontré la decisión, la mentalidad ganadora que me faltaba antes”, explicaba Ivanna su regreso exitoso al tour.
A mediados de 1984, disputando una serie de Copa Federación en Brasil ante la australiana Elizabeth Smylie, sufrió una lesión en el brazo derecho que la forzó a dejar de jugar el resto de la temporada.
En 1985, aun afectada por la lesión y con deseos de ser madre, Ivanna manifestaba: “El tenis me cansó, estoy saturada, aunque no puedo decir que me retiré definitivamente. Creo que la vida tiene diferentes etapas y en la mía llegó el momento de realizarme en otros campos que no son exclusivamente el deportivo”.
Volvió a los courts en 1986, pero sólo se destacó su acceso a la tercera ronda de Roland Garros (caería 6-3 y 6-3 ante Gabriela Sabatini), torneo al que había ingresado desde la clasificación. A finales de Julio de ese año, jugó su último partido profesional en la segunda ronda de la clasificación de San Diego, cayendo ante la local Susan Rimes 6-3 y 6-2.
Además de ser la mejor singlista argentina durante más de un lustro, Ivanna Madruga fue una gran jugadora de dobles, especialidad en la que, junto a la argentina Adriana Villagrán, alcanzó la final de Roland Garros en 1980 (foto), cayendo en el partido decisivo ante las estadounidenses Kathy Jordan y Anne Smith por 6-1 y 6-0. Ese mismo año, también junto a Villagrán, habían llegado hasta la final del Abierto de Italia.
“Mejoré mucho mi saque y mi volea jugando siempre el doble, que me dio mayor rapidez y reflejo”, sostenía Madruga al referirse a la competencia por equipos.
A su vez, en 1982, Ivanna consiguió su único título en el circuito WTA al coronarse en el dobles de Indianápolis junto a la francesa Catherine Tanvier (juntas, en 1983, también accedieron a la final de Perugia (Italia) y Hittfeld (Alemania) y a las semifinales de Roland Garros).
Ivanna representó al país desde 1978 hasta 1984, y cuenta con un récord de 7 partidos ganados y 6 perdidos en singles, y de 3-4 en dobles.
Su mejor performance en la competencia la alcanzó en 1983, cuando, compartiendo el equipo nacional junto con Emilse Raponi y Liliana Giussani, alcanzaron los cuartos de final tras derrotar 3 a 0 a Hungría (Ivanna logró un muy buen triunfo sobre Andrea Temesvari 6-4 y 7-5), antes de caer ante Checoslovaquia, a la postre campeón del certamen disputado ese año en Suiza, sobre polvo de ladrillo.
Por la edad que tengo, no pude presenciar la carrera tenística de Ivanna Madruga. Sin embargo, su nombre siempre me resonaba como una de las grandes jugadoras de este deporte.
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Ivanna junto a su marido en el US Open '83. |
Fue una sorpresa muy grata investigar sobre sus actuaciones y descubrir, también, leyendo las entrevistas que concedió, a una persona divertida, sensible y muy apegada a sus afectos. Personalidad que la llevó a ser una de las pocas tenistas locales que recorrió el circuito como una mujer casada. Junto a su marido, incluso también en los momentos de noviazgo, viajó toda su carrera. Y no es un dato menor, sino, de alguna manera, y al decir de Ivanna, uno de los pilares de sus excelentes resultados: “El hecho de sentirte acompañada, de sentir un hombre al lado tuyo, siempre te hace más fuerte. Y saber que tenés al lado a una persona que te quiere y que te va a ayudar en todas las cosas te hace sentir más segura de vos misma”.
Por otro lado, resultó muy satisfactorio ver cómo la prensa, de alguna forma, le dio a Ivanna el lugar que se merecía por sus destacadas campañas. Y no era para menos, tratándose de una jugadora que fue parte de un momento mítico del tenis femenino internacional, aquel en el que Navratilova y Evert se disputaban el número uno del mundo, y que representó a la Argentina con talento, madurez y mucha simpatía.
- Bibliografía: Anuarios y Perfiles de la WTA; Archivos Revista El Gráfico; Libro "Ayer y hoy. El gran tenis argentino" (Clarín, 2005); Página oficial de la Federation Cup.